
El Programa de Acreditación de Huella de Carbono en Aeropuertos (ACA) anunció que nueve aeropuertos de la red de Aena en España mejoraron o renovaron su acreditación durante este año. Esta certificación forma parte de la estrategia del gestor aeroportuario para alcanzar la meta de neutralidad de emisiones en 2030.
Los aeropuertos Adolfo Suárez Madrid-Barajas, Josep Tarradellas Barcelona-El Prat y Palma de Mallorca alcanzaron el Nivel 4 del programa. Este reconocimiento exige el establecimiento de objetivos de reducción de emisiones alineados con la senda de 1.5 °C definida por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), así como la implicación de los socios comerciales en este proceso.
Entre las medidas aplicadas se incluyen proyectos de energía fotovoltaica y geotérmica, la sustitución de calderas con tecnologías de mayor eficiencia, la electrificación de la flota de vehículos, la compra de biocombustibles y la instalación de puntos de recarga eléctrica para operadores de handling y usuarios de los aparcamientos públicos.
En el mismo nivel, estos aeropuertos incorporaron cláusulas de sostenibilidad en los contratos con proveedores de servicios, habilitaron el suministro eléctrico de 400 HZ para los aviones estacionados y organizaron iniciativas de sensibilización junto con grupos de trabajo con terceros.
Estas acciones forman parte de un plan integral que busca reducir la huella ambiental en las operaciones aeroportuarias y generar cambios en la cadena de valor.
Por su parte, los aeropuertos de Alicante-Elche Miguel Hernández, Málaga-Costa del Sol, Ibiza y Menorca alcanzaron el Nivel 3 de acreditación. En esta categoría deben calcular su huella de carbono en emisiones directas e indirectas, demostrar sistemas eficaces de gestión del carbono, evidenciar reducciones medibles y desarrollar planes para involucrar a otras partes en la descarbonización de la actividad aeroportuaria.
El Aeropuerto César Manrique-Lanzarote renovó su acreditación de nivel 2, que reconoce la planificación en la gestión del carbono, mientras que el Aeropuerto Santiago-Rosalía de Castro mantuvo el Nivel 1, el cual valida la verificación de las emisiones que se encuentran bajo control directo del operador. Con estos avances, Aena suma progresos en su ruta hacia el Objetivo Cero, con distintos grados de compromiso y resultados en cada una de sus infraestructuras.







