
El aeropuerto Bruselas Sur-Charleroi, en Bélgica, alcanzó el Nivel 4+ del Programa de Acreditación de Huella de Carbono en Aeropuertos (ACA), que reconoce los esfuerzos de las terminales aéreas para reducir y compensar sus emisiones de carbono.
Este nivel es el más alto dentro del esquema internacional impulsado por el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI).
La terminal ingresó al programa en 2022 directamente en el Nivel 2 y en tres años avanzó hasta convertirse en uno de los aeropuertos europeos con mayor progreso en la gestión del carbono.
Su plan medioambiental estableció como metas la neutralidad de emisiones de alcance 1 y 2 para 2030 y la neutralidad total en toda la cadena de valor, que incluye las emisiones de alcance 3, para 2050.
Para alcanzar esos objetivos, el aeropuerto implementó medidas como la renovación gradual de la flota de vehículos con unidades eléctricas, la modernización de los sistemas de calefacción, ventilación y electricidad, así como programas de reciclaje y manejo de residuos. También instaló paneles solares en la terminal 2 y lanzó campañas de participación entre trabajadores y socios con el fin de fomentar prácticas de ahorro energético y reducción de emisiones.
Como parte de la acreditación de nivel 4+, la estrategia incluyó proyectos de compensación de emisiones en otros países. En India, un parque eólico de 60 megavatios en Karnataka abastece de electricidad a unas 100,000 personas y evita la emisión de 130,000 toneladas de dióxido de carbono por año. En Uruguay, una iniciativa de reforestación recupera más de 18,000 hectáreas degradadas, con actividades de captura de carbono, silvicultura sostenible y restauración de ecosistemas.
Christophe Segaert, director general del aeropuerto, señaló que los avances del Aeropuerto de Bruselas Sur-Charleroi dentro del programa ACA marcaron un hito en cada año desde su adhesión.
Destacó que el Nivel 4+ situó a la terminal al mismo nivel que los principales aeropuertos europeos en certificación ambiental, y recordó que el permiso medioambiental otorgado recientemente a la infraestructura establece la neutralidad en carbono como objetivo para 2030.







