
Durante la 42ª Asamblea de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) celebró que los Estados miembros reafirmaran su compromiso de alcanzar emisiones netas cero de carbono para la aviación internacional hacia 2050, sustentado en acciones concretas.
El organismo expresó que estas decisiones refuerzan la base para avanzar de manera coordinada en la agenda ambiental de la aviación internacional.
Durante la Asamblea se subrayó la importancia de contar con una metodología global y sólida para la contabilidad y el reporte del uso de Combustibles de Aviación Sostenibles (SAF). Se reiteró que los criterios de sostenibilidad del Esquema de Compensación y Reducción de Carbono para la Aviación Internacional (CORSIA), así como los procesos de certificación y la metodología para evaluar las emisiones del ciclo de vida de los combustibles elegibles para dicho programa, deben adoptarse como base común para determinar la elegibilidad de los SAF, los combustibles con bajas emisiones de carbono (LCAF) y otras fuentes de energía más limpias para la aviación internacional.
La Asamblea alentó a que más Estados se sumen al esquema CORSIA, con el fin de fortalecer su integridad ambiental, y reafirmó su rol como la única medida global basada en el mercado (MBM) adoptada por los Estados miembros de la OACI como solución preferente para abordar las emisiones de CO2 fuera del sector por parte de las aerolíneas.Se advirtió sobre los riesgos de fragmentación derivados de iniciativas nacionales o regionales superpuestas.
Asimismo, se reconoció la importancia crítica de incrementar la oferta de Unidades de Emisión Elegibles para CORSIA (EEU), lo cual requiere que los gobiernos aceleren su disponibilidad, en particular mediante la emisión de Cartas de Autorización (LoA).
La Asamblea también expresó una profunda preocupación por el aumento de medidas fragmentadas relacionadas con impuestos aplicados a las aerolíneas y sus clientes.
Las iniciativas nacionales para recaudar impuestos sobre la aviación internacional como mecanismo de financiamiento para el cambio climático representan un riesgo de doble imposición sobre las emisiones de CO2 del transporte aéreo, podrían socavar la implementación de CORSIA y poner en peligro el Objetivo Aspiracional de Largo Plazo (LTAG).







