Analistas consideran que la empresa china está lejos de recibir la certificación de la Unión Europea para su avión C919
La Corporación de Aviones Comerciales de China (COMAC) pintó uno de sus aviones regionales ARJ21 con la marca C909, en línea con las convenciones de nombres de sus otros modelos, según fotos publicadas en foros de entusiastas de la aviación y redes sociales chinas.
Aunque en gran parte es un gesto simbólico, este posible cambio de marca, antes del principal salón aeronáutico de China en Zhuhai el próximo mes, refleja la creciente intención de Pekín de posicionarse como una alternativa a gran escala frente a los gigantes occidentales de la aviación, Airbus y Boeing.
El domingo, en el aeropuerto de Shanghai Pudong, dos usuarios del sitio web jetphotos.com y uno de planespotters.net fotografiaron un avión ARJ21 con “C909” pintado en su cola azul. Otras imágenes del mismo avión circularon en el sitio de redes sociales chino Weibo el lunes.
El ARJ21, que entró en servicio en 2016, es operado por varias aerolíneas chinas y la indonesia TransNusa. Sin embargo, analistas del mercado señalan que este avión regional, el primer jet chino en alcanzar la producción comercial, aún no es competitivo a nivel global.
El siguiente modelo de COMAC, el C919 de pasillo único, entró en servicio en 2023, y el fabricante anunció que está diseñando un avión de doble pasillo llamado C929. Además, la empresa ha insinuado la posibilidad de desarrollar un modelo aún más grande, el C939.
El C929 fue renombrado en 2023, a partir del CR929, luego de que Rusia abandonara la empresa conjunta con China que lo desarrollaba.
El avión fotografiado, con matrícula B-099A y número de serie de fabricación 10156, pertenece a COMAC y está registrado como un avión de prueba de vuelo ARJ21, de acuerdo con los datos de seguimiento de Flightradar24.
COMAC ha aumentado sus planes de ventas y producción este año, y ha comercializado activamente sus aviones fuera de China. Sin embargo, fuentes de la industria advierten que la empresa aún está muy lejos de competir a nivel internacional, especialmente sin contar con las certificaciones clave de la Unión Europea, que está buscando para el C919, o de Estados Unidos.
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