Cuando un avión tira combustible es para disminuir su peso, sobre todo porque las aeronaves deben tener un peso máximo de aterrizaje (MLW) con el que pueden tocar tierra y, en la mayoría de los casos, ese peso es menor que su peso máximo de despegue (MTOW).
Según explica el sitio Flightradar24.com, si un avión tiene que regresar a su aeropuerto de salida poco después del despegue, sobre todo cuando está cargado de combustible para un vuelo de 11 horas -como Londres a Los Ángeles-, es probable que necesite reducir el peso para aterrizar.
Para ello, en muchos aviones comerciales más grandes se instala una boquilla especial en el ala; entonces, si un piloto lo considera necesario, el sistema bombea combustible por la boquilla que sale a la atmósfera y este no es un procedimiento peligroso.
Además, existen características de seguridad para detener el vaciado de turbosina en un cierto nivel, con objeto de garantizar que quede suficiente combustible para continuar las maniobras de aterrizaje.
Los pilotos deben descargar combustible a una altura segura sobre el suelo, lejos de otras aeronaves y, además, en un área lo más despoblada posible. En el caso de Heathrow, por ejemplo, la mayoría de los vertidos de combustible se realizan sobre el mar.
Aunque no es bueno para el medio ambiente que las aeronaves rocíen combustible en altitudes superiores a los 5,000 pies, éste se vaporiza antes de que llegue al suelo; incluso, si el vertedero ocurre en una ciudad, es probable que nadie sienta ningún efecto negativo directo.
Los vertederos de combustible no ocurren todos los días pero tampoco son infrecuentes, además de que no en todos los casos representan una emergencia mayor. De hecho, si un avión se toma el tiempo para descargar combustible antes de aterrizar, es probable que sea una indicación de que el problema que obliga al avión a aterrizar es grave pero no crítico.
