Por Paola Flores
Daniel Domínguez queda pasmado cuando un B777 de KLM despega frente a él desde el Aeropuerto Internacional de Ámsterdam-Schiphol. ¿Cómo es que esa máquina tan grande y pesada puede moverse con gracia y finura por el cielo?, se pregunta. La duda dura tan sólo un instante, levanta la cámara y dispara. Sabe que tiene oro en forma de imágenes.
Desde hace veinte años, Daniel ha invertido dinero, tiempo y esfuerzo en convertirse en uno de los spotters -fotógrafos de aviones- más reconocidos de México. Este hobby le representa un escape de la realidad y su rutina como empresario, además de que le ha abierto nuevas oportunidades tanto laborales como personales.
Ya sea desde una posición privilegiada junto a las pistas de despegue en Ámsterdam o en el Aeropuerto de Los Ángeles o en la misma Ciudad de México, Daniel ha convertido su pasión en una forma de vida.
Los aviones lo hechizan: no puede descifrar lo que representa emocionalmente para él capturar el momento exacto de un despegue, de un aterrizaje, de una ida al aire…
Su pasión por la aviación inició de la mano de su familia, quienes lo llevaban al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Desde la Terminal 1 o sentado en algún restaurante aledaño a las pistas, Daniel se entretenía observando los despegues y aterrizajes de las aeronaves.
“Algo que me ha fascinado es que al volar, todo se ve pequeño; lo que estando abajo se ve inmenso, arriba se ve diminuto. Esa sensación es única”, señala mientras muestra a A21 su colección de fotografías, de recuerdos aéreos.
Con más de 500 publicaciones fotográficas (entre las que se incluyen imágenes macro, nocturnas y aéreas), Daniel se ha presentado en diversas exposiciones como “México en una foto”, del Consejo de Promoción Turística en México la cual estuvo presente en Paseo de la Reforma y en Rusia.
Además, aerolíneas como Emirates lo han buscado con el objetivo de adquirir expresamente sus imágenes. La emoción fue única: una de las empresas más grandes e icónicas de la industria le pidió una fotografía que tomó en Los Ángeles del súper jumbo, el A380.
Hoy, tras una vida de amor por la industria del transporte aéreo, Daniel Domínguez tiene un consejo para todas aquellas nuevas generaciones que quieren dedicarse a la fotografía, a ser spotters: “no busquen la fama; trabajen y esfuércense para buscar el éxito”.
Tampoco permitan que la gente merme sus sueños ni sus metas. “La gente siempre va a hablar y eso no lo puedes detener. Hay quien querrá perjudicarte pero depende de ti permitir si eso te afecta o no”.
Entre sus futuros proyectos, Daniel Domínguez habla con orgullo que próximamente publicará un libro con fotografías de la Ciudad de México y que no descarta realizar uno sobre la industria aérea, aquella que tanto lo enamoró desde pequeño. Mientras tanto, continuará con cámara en mano, buscando el mejor ángulo desde el que capturar a un avión surcando el cielo.
