Durante el año pasado, Boeing entregó 806 nuevos aviones, batiendo así su propio récord impuesto en 2017, además de que incrementó su cartera de pedidos en 893 unidades.
Del total de entregas, 580 fueron de aviones del programa 737 (y de estos, la mitad fueron de la nueva familia MAX, incluidos los primeros MAX 9).
El programa Dreamliner, que ya cuenta con el ritmo de producción más alto en cualquier avión de fuselaje ancho, cerró con 145 entregas, mientras que el resto de los 81 aviones estuvo compuesto por modelos 777, 767 y 747-8.
“En un año dinámico, nuestra disciplina de producción y nuestros socios proveedores nos han ayudado a construir y entregar más aviones que nunca para satisfacer la fuerte demanda de viajes aéreos en todo el mundo”, dijo Kevin McAllister, presidente de Boeing Commercial Airplanes.
Por su parte, la cartera de pedidos representa siete años ininterrumpidos de producción para Boeing, es decir, si no recibiera una orden más debería trabajar hasta 2025 para terminar de fabricar los aviones ya pedidos.
Las órdenes de 2018 (203 de las cuales se concretaron en diciembre) tienen un valor estimado de 143 mil 700 millones de dólares a precios de catálogo.
“En términos generales, se trata de otro año con sólidos pedidos de aviones que sigue apoyando nuestras previsiones a largo plazo de una demanda global robusta que hará que la flota de aviones se duplique en 20 años”, finalizó Ihssane Mounir, vicepresidente sénior de Ventas y Marketing Comercial en Boeing.
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