Todo parece indicar que los aviones súper jumbo de uso comercial como el B747 y el A380 van de salida. Recientemente Airbus redujo sus estimados de producción en este departamento, y Boeing señaló que no hay un gran mercado para estas aeronaves dentro de los próximos veinte años.
“Francamente, no vemos mucha demanda para aviones realmente grandes. Sólo hay unos cuantos interesados como clientes VIP, presidentes o ejércitos, pero no vemos una demanda real para aviones de pasajeros 747-8 o A380”, señaló en junio de 2017 Randy Tinseth, vicepresidente de marketing de Boeing.
Estos años podrían ser el capítulo final de un tipo de aeronave que fue icónico durante la segunda mitad del siglo XX y que incluso llegó a significar estatus, éxito y poder dentro de las aerolíneas.
Todo comenzó durante la década de 1960, cuando hubo una especie de carrera aeronáutica entre Estados Unidos y Europa: los primeros pensaban que el futuro de la aviación estaba en aviones grandes y de largo alcance, mientras que los segundos optaban por el desarrollo de los vuelos supersónicos, de ahí nació el Concorde.
En 1963, la Fuerza Aérea realizó una licitación para la construcción de aeronaves militares para transporte pesado. Boeing y Lockheed Martin estuvieron entre las empresas participantes y la ganadora resultó ser Lockheed.
Boeing, para no desechar toda la investigación realizada, decidió crear una nueva aeronave comercial que luego fue adoptada por la aerolínea Pan American Airway. Así, el 9 de febrero de 1969, el primer B747 despegó y casi un año después, el 22 de enero de 1970, tuvo lugar el primer vuelo comercial en un súper jumbo, de Nueva York a Londres.
El renacer de los aviones de fuselaje medio
Tras este éxito inaugural, vinieron 30 años de dominio global del 747, hasta que, a finales de 1990, las aerolíneas comenzaron a virar por aviones de uno o dos pasillos, como el B777, los cuales tenían el mismo alcance que el súper jumbo, pero con una capacidad menor: las aerolíneas no querían tener la presión de tener que meter a 400 personas en una aeronave.
Durante las siguientes dos décadas, la empresa McDonnell Douglas intentó elaborar su propio súper jumbo, el MD-12 pero fracasó estrepitosamente al no recibir ninguna orden, y por su parte Airbus presentó el A380 en 2005, y aunque sí ha tenido ventas en 12 aerolíneas distintas, su éxito mayoritario depende de Emirates, que es su principal operadora y tal vez la única razón por la que el programa no está en el olvido.
Lo que viene en el futuro son las familias de aviones más pequeños, como los 787 y el A350 además de la consolidación de otras empresas como Embraer y Bombardier.
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