“Creí que mi futuro era casarme y comenzar una gran familia desde joven. No fue hasta que descubrí la aviación que consideré hacer una carrera e ir a la universidad”, Shaesta Waiz, piloto.
Ser mujer en una industria dominada por hombres es un reto muy grande, más si se toman en cuenta todos los prejuicios y trabas que derivan de la inequidad de derechos y oportunidades.
Sin embargo, hoy en día hay muchos ejemplos de mujeres pilotos que no sólo han alcanzado logros profesionales que igualan o incluso rebasan los de sus contrapartes masculinas, sino que también lo combinan con un desarrollo personal pleno, que les permite asumir su identidad de acuerdo a lo que cada una quiere y piensa. En este artículo presentamos dos aspectos: la pareja y la maternidad.
Unión celestial
Si tienes Instagram, tal vez te topes con fotos de “parejas fabulosas” todo el tiempo. Pero cuando llegas a la cuenta de Eser Aksan Erdogan, piloto de la aerolínea turca Pegasus, casada y con 31 años de edad, además de paisajes exóticos y cenas glamurosas, lo que puedes admirar es la vida de una mujer de aviación que no dejó que los prejuicios de una industria se interpusieran entre ella y sus sueños.
Quizá a ello se deban los casi 60 mil seguidores que están pendientes de cada uno de los movimientos de Eser y su esposo Volkan alrededor del mundo.
¿Pero qué hace especial su unión? Ambos son pilotos y coordinan sus horarios para poder volar juntos.
Pero más que el compromiso con su pareja, lo que esta piloto demuestra con cada imagen es su pasión por la profesión que eligió. Como ha declarado a diarios británicos, quiere que su “fama” sirva para que más mujeres tomen la iniciativa y se unan a esta industria. Y lo reafirma con esta remembranza:
“Nunca fui la estudiante más brillante ni mucho menos la más linda de la clase, pero nunca renuncié a nada de lo que realmente quería en la vida, y como cualquier otra mujer (emoji de guiño) también soy terca y persuasiva, además tengo suerte. Así que, después de años de duro trabajo y determinación, ¡todas las piezas del rompecabezas encajaron en el lugar correcto!”.
Maternidad a 30 mil pies
La lactancia materna gana terreno cada vez en más lugares de trabajo. Pero, si tu oficina está a 30 mil pies de altura, las cosas se complican.
Tal fue el caso de la primera oficial a bordo, Brandy Beck, una piloto de la aerolínea estadounidense Frontier, de 41 años y con dos hijos, quien contó al New York Times que, al retomar sus horas de vuelo, luego de la cuarentena obligatoria tras el parto, tuvo que pasar por varias dificultades para salir de la cabina por 20 minutos a usar un extractor de leche.
“Una vez que el avión alcanza altitud de crucero y se pone en modo piloto automático, debes pedir el consenso del capitán de vuelo para tomar un descanso. Entonces, la política a bordo de Frontier requiere que el piloto remanente porte máscara de oxígeno y se permita el ingreso de una sobrecargo para completar el requisito mínimo de dos personas en cabina de vuelo en todo momento”.
Cabe señalar que la Administración Federal de Aviación (FAA) no ha emitido ninguna regla oficial para realizar este tipo de maniobras en vuelo.
Una madre en periodo de lactancia necesita bombear la leche cada tres o cuatro horas. Si no lo hace, puede experimentar dolores de pecho que pueden ser acompañados por el riesgo de infección.
Por todo ello, un grupo de mujeres piloto de Delta ha tratado de organizar a sus colegas para conseguir que se apruebe un permiso de maternidad (y paternidad), que les otorgue un tiempo en tierra adicional y así evitar estas incómodas situaciones.
Mas en el fondo, ellas pelean por algo muy complejo, y eso es que el trabajo en la cabina de vuelo incluya una perspectiva para la que no fue diseñado: la maternidad a 30 mil pies de altura.
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