La armadora canadiense Bombardier se encuentra trabajando muy de cerca con aerolíneas de la región Latinoamérica y el Caribe con el fin de atender la demanda de rutas cortas y operaciones punto a punto efectuadas en aeropuertos más pequeños.
"En este momento, Bombardier no está muy presente en la aviación comercial en Latinoamérica: tenemos cerca de 20 operadores en la región y tan sólo 50 aeronaves. Así que vemos oportunidades muy interesantes que queremos impulsar”, dijo Colin Bole, vicepresidente comercial de la empresa, en entrevista a A21.
Particularmente en Sudamérica, Bole comentó que sus equipos CRJ200 y Q400 son los efectivos para desarrollar rutas entre comunidades más pequeñas, como lo sería el Amazonas con la línea aérea Boliviana de Aviación. Lo mismo harían con el Caribe donde trabajan particularmente con el Q400, una aeronave adecuada para el tráfico entre islas, con espacios aéreos cortos y complicados.
Este es nuestro enfoque principal. Podemos desarrollar conexiones de bajo tráfico entre aeropuertos, países y regiones. Esa es nuestra prioridad”, declaró el directivo.
Los equipos que utiliza Bombardier en América Latina están diseñados para cubrir rutas cortas y operar en aeropuertos pequeños; mientras que sus motores están hechos para tener buen rendimiento en altitudes como las que existen en la región.
En 20 años, proyectan contar con mil 150 aeronaves para toda la región: 400 con modelos CRJ y Q400, con capacidad de 60 a 100 pasajeros; mientras que los 750 restantes esperan que pertenezcan a la serie C, que ofrece entre 100 y 150 plazas; además de aviones de clase única como los CS100 y CS300, que van de los 125 a 130 y 145 a 150 asientos, respectivamente.
Según información propia de la empresa, el CRJ700 (de 70 a 78 pasajeros) es ideal para abrir nuevas rutas; por otro lado, el CRJ900 cuenta hasta con 90 butacas y permite reducir 5.5 por ciento el consumo de combustible, por lo que es el avión más económico en su tipo; mientras que el CRJ1000 es el miembro más amplio de la familia con capacidad de hasta 104 pasajeros y tiene el menor costo por pasajero/milla.
En el Caribe operan con la aeronave Q400, adecuada para el tráfico entre islas, con una máquina que proporciona una mayor capacidad de despegue e impulso, así como más velocidad que un ATR (equipo de turbo hélice básica).
Respecto a las posibles afectaciones en la industria, tras el resultado de las elecciones en Estados Unidos, Bole comentó que, en su opinión, el país vecino no tratará de influir en los fabricantes de aeronaves en una forma negativa, pues el sector está muy globalizado y a nadie le conviene un cambio en este sentido.
No obstante, consideró que seguramente este nuevo gobierno sí tendrá un impacto en el tráfico aéreo entre los Estados Unidos y México.
Las aerolíneas de ambos países son el mejor termómetro. “Esta es una industria mundial que permite la comunicación entre la gente y los países, además facilita el comercio, así que no creo que vayamos a dar un paso atrás a este desarrollo”, concluyó Bole.
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