La aerolínea Azul obtuvo la aprobación de su reestructuración por parte del tribunal de bancarrota de Estados Unidos, lo que le permitirá a la aerolínea brasileña continuar con su proceso de quiebra bajo el Capítulo 11, el cual incluye más de 1,000 millones de dólares (mdd) en préstamos de deudor en posesión (DIP), publicó el portal ch-aviation.
“Durante este mes se llevará a cabo al menos una audiencia adicional para obtener más aprobaciones”, indicó la compañía en un comunicado y agregó que sigue enfocada en finalizar el plan de reestructuración, el cual le permitirá mejorar su situación financiera y posicionar el negocio “a largo plazo”.
A finales de mayo la operadora sudamericana se acogió al Capítulo 11 con el objetivo de eliminar más de 2,000 mdd en deuda financiada, un DIP de aproximadamente 1,600 mdd y la posibilidad de obtener hasta 950 mdd en nuevo capital al salir del proceso.
En el último par de meses, agregó ch-aviation, la compañía rechazó los contratos de arrendamiento de varias aeronaves, suspendió su cotización en la Bolsa de Nueva York, presentó recursos legales para mantener el suministro de combustible, pese a los intentos de un fiduciario por suspenderlo, y al mismo tiempo ha sostenido una batalla legal independiente con el gobierno portugués por un bono emitido en 2016 que aún no ha sido saldado.
Al momento de anunciar su entrada al Capítulo 11, Azul aseguró que continuará operando normalmente durante el proceso, con el respaldo de acuerdos de apoyo a la reestructuración firmados con sus principales acreedores y socios estratégicos, incluidos sus actuales tenedores de bonos; su mayor arrendador, AerCap, y las aerolíneas United Airlines y American Airlines.
“Azul continúa volando, hoy, mañana y en el futuro. Estos acuerdos marcan un paso significativo en la transformación de nuestro negocio y nos permitirán emerger como un líder de la industria,” afirmó en su momento John Rodgerson, director general de la aerolínea.