Después de la pandemia por el COVID-19, la aviación en la región de Europa enfrenta distintas adversidades para recuperar su crecimiento; la falta de personal, el disgusto de sus empleados y el aumento de costos en combustibles, los cuales serán determinantes en el corto plazo.
La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) previó que será hasta el año 2024 cuando las cifras de pasajeros estén a niveles de 2019; en el caso de Europa, las aerolíneas deben enfrentar la falta de personal y los nuevos procesos de contratación y capacitación, lo cual afecta la actual capacidad de atención.
“Miles de profesionales abandonaron la industria de la aviación durante la pandemia. Ahora que el negocio aumenta, la grave escasez de operadores calificados pone de manifiesto la necesidad de una reforma para retener el talento”, comunicó el organismo.
En tanto, Lufthansa y su filial Eurowings anunciaron que cancelarán más de mil vuelos en julio; es decir el 5% de su capacidad prevista para los fines de semana, debido a este problema de escasez de personal.
En su momento, el Aeropuerto Amsterdam-Schiphol había señalado que tenía muy pocos empleados de seguridad para procesar la cantidad de viajeros que querían volar este verano; para julio había 13 mil 500 asientos diarios programados, cantidad que rebasa su capacidad de atención.
Según OAG/CAPA, se proyecta que Schiphol tenga un 89% del número de asientos de 2019, en julio de 2022 y el 90% en agosto de 2022.
Por su parte, el Aeropuerto de Londres Gatwick planea recortar vuelos durante la temporada alta de vacaciones, con 825 vuelos diarios en julio y 850 en agosto de 2022. Estos números son inferiores a los 870 a 890 vuelos diarios que se registraban en los meses equivalentes de 2019.
Otros factores de riesgo que afectan a la aviación europea, es la guerra en Ucrania, pues al cerrar el espacio aéreo en este país y en Rusia, deben aplicarse otras más largas; aumentando costos en los combustibles y la disminución de la demanda debido a la poca confianza del consumidor.
Adicionalmente a la falta de personal, se añade la fatiga que presentan los empleados, derivada de los largos horarios que les imponen; además de que no se les han retribuido o reintegrado los recortes a su salario que se les aplicaron durante la pandemia, esto como una medida para apoyar a las aerolíneas europeas durante la crisis.
Por tal motivo, se están registrando diversas huelgas por parte de empleados de las aerolíneas; una de ellas, de los controladores de tráfico aéreo de Italia, que pararon por 24 horas, con afectaciones para 4 mil pasajeros.
A la par, los trabajadores de la aerolínea British Airways en el Aeropuerto de Heathrow acordaron irse a huelga porque no se les ha reintegrado el recorte de salarios del 10%. También el personal de easyJet, Ryanair y Brussels Airlines anunciaron emplazamientos a huelga durante el próximo mes, cuyas demandas son el exceso de carga de trabajo, bajos salarios y fatiga del personal.
Por último, las deudas y pérdidas de las aerolíneas sigue latente, tan solo British Airways ha señalado que aún registra pérdidas por más de 4 mil millones de euros, mientras que Air Europa tiene una deuda que ronda los 800 millones de euros.
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