El costo de la turbosina a nivel mundial ha crecido de manera constante a lo largo de 2021, y se prevé que continúe con su incremento para 2022, conforme avance la recuperación de la industria aérea a nivel mundial.
A mediados de octubre, el precio del combustible de aviación se colocó por encima de los 95 dólares por barril, o aproximadamente 2.3 dólares por galón, señaló René Armas Maes, vicepresidente comercial y consultor aeronáutico.
“Varios analistas están señalando que conforme se recupere la demanda del tránsito aéreo a nivel mundial habrá precios aún más altos, al menos durante el invierno y el primer semestre de 2022”, apuntó el especialista.
De acuerdo con Market Business Insider, el precio del petróleo Brent está actualmente en 85 dólares por barril y ha crecido en 120% en comparación con lo que se tenía registrado el 1 de noviembre del año pasado.
Recientemente, la aerolínea estadounidense Spirit Airlines ajustó sus márgenes financieros, derivado de un incremento del 24% del combustible de aviación a 2.19 dólares por galón. Igualmente, Delta Air Lines pagó un promedio de 2.03 dólares por galón en el primer semestre de 2021 y debido a esto, también ha tenido que ajustar sus proyecciones financieras e inclusive ha anunciado que tendrá una rentabilidad más baja en el cuarto trimestre del año, debido a este incremento.
En Latinoamérica, las aerolíneas que actualmente enfrentan un proceso de reorganización financiera bajo el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos han mostrado sus estimaciones en cuanto al costo de combustible para los próximos años y, de acuerdo con Armas Maes, son bajas.
Esto generará problemas más adelante, ya que tendrán que estimular más el tráfico, aumentar sus factores de ocupación, llevar a cabo una estrategia de cobertura de combustible y otras estrategias operacionales como las que señaló Armas Maes en marzo en A21, y tendrán como consecuencia una rentabilidad reducida por lo menos hasta la primera mitad de 2022.
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