La propulsión de energía de fusión y fisión nuclear está en constante investigación en Europa y Estados Unidos, con una demostración de motor en el espacio planeada para 2027.
Este tipo de energía es más atractiva para los desarrolladores, ya que es más eficiente y potente que los motores de cohetes químicos convencionales; adicionalmente la propulsión térmica nuclear (NTP) tiene el doble de eficiencia propulsora que los cohetes químicos.
En ese sentido, SpaceX planea usar su cohete Starship Heavy, propulsado por oxígeno líquido y metano, para llegar a Marte.
Las investigaciones de la NASA también han concluido que la propulsión térmica nuclear es la mejor opción para misiones tripuladas al planeta rojo con su Human Exploration of Mars Design Reference Mission 5.0, publicado en 2009.
Este proyecto ofrece una alta relación empuje-peso alrededor de 10,000 veces mayor que la propulsión eléctrica nuclear (NEP) y un impulso específico de dos a cinco veces mayor que la propulsión química en el espacio.
Un sistema NEP utiliza un reactor nuclear para proporcionar electricidad a un motor eléctrico que acelera un propulsor ionizado, la mayoría de las veces xenón en propulsores eléctricos de efecto Hall, para lograr el empuje.
Con NEP, el motor puede proporcionar un impulso específico muy alto, de más de 10,000 segundos, pero con un empuje bajo y límites en las relaciones entre masa y potencia
En diciembre pasado, la Agencia Espacial del Reino Unido (UKSA) otorgó fondos a la compañía británica de cohetes, Pulsar Fusion, para desarrollar sistemas de energía basados en la fisión nuclear para NEP.
Pulsar Fusion quiere usar reactores de fusión para sistemas de propulsión de viajes interplanetarios, su plan incluye desarrollar prototipos hacia 2025, para una demostración estática y luego, a partir de 2027, fabricar un cohete para pruebas en órbita, aseguró Richard Dinan, fundador y director ejecutivo de esta compañía.
Por su parte, en abril de este año, Rolls-Royce participó en el Simposio Nacional del Espacio de la Fundación Espacial, relacionada con actividades espaciales civiles y militares, además de que ya había lanzado su concepto Micro-Reactor en 2021, con planes para un primer modelo espacial listo para 2029.
En enero de este año, la NASA anunció que trabajaría con la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) del gobierno de EU en el programa Demonstration Rocket for Agile Cislunar Operations (DRACO) de esa agencia.
En este sentido, la NASA se une a DRACO para las fases dos y tres del proyecto DARPA NTP; la primera duró 18 meses y vio a General Atomics trabajar en un diseño preliminar de un reactor NTP; pero este organismo tiene una historia de 60 años con la propulsión nuclear, que se remonta a 1961, cuando la agencia espacial se embarcó en el programa Nuclear Engine for Rocket Vehicle Application (NERVA).
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