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01/05/2024

De Cabotaje y FOBAPROA Aéreo que viene

Redacción A21 / Jueves, 19 Enero 2023 - 01:00

Colaborador invitado
Francisco Gómez Ortigoza

La hoy famosa Iniciativa de Reforma ingresada a la Cámara de Diputados el 15 de diciembre pasado, donde se pretende autorizar el Cabotaje Aéreo a Permisionarios extranjeros, en caso de cristalizarse como una realidad para nuestra industria, tendría efectos perniciosos para los mexicanos, muy similares a los que se tuvieron después de la extranjerización de la banca durante la década de 1990.

Hagamos un poco de memoria: el sistema bancario que a inicios de 1982 contaba con cerca de 60 bancos fue estatizado a fines de ese año y para 1985 ya solo subsistían 19 instituciones.

Se inicia la reprivatización de la banca con grandes expectativas de mejorar la situación del país, era necesario incentivar la economía, pero como desgraciadamente nos sucede de manera sistémica en este país, como lo fue en ese caso y como lo está siendo en el caso del cabotaje: Se inició un proceso altamente complejo con prisa, reglas parcialmente difundidas, mucha euforia política involucrada, la no consulta a los especialistas del sector, una socialización del proceso parcial a los mexicanos y el análisis de solo algunas de las premisas nacionales esenciales.

En las reglas de la operación, se tenía la premisa política de soberanía que debía observarse, el preservar el sistema de pagos bajo control de instituciones bancarias controladas por mayoría de nacionales mexicanos, más del 60% del sistema se encontraba en ese momento concentrado en 3 de las 18 instituciones en manos de mexicanos.

Esa mezcla de prisa y poco análisis no tomó en cuenta que necesitaban reglas mucho más claras para privatizarlos, olvidaron que todo el proceso tenía un actor primordial al que hicieron a un lado: el público usuario mexicano, ya que sus ahorros y créditos eran a final de cuentas los que estaban en juego, e iniciaron a todo vapor la reprivatización de 18 bancos en 12 meses, vendiéndolos al mejor postor, no al más calificado, aceptaron pagos derivados de créditos cruzados y sin un verdadero análisis de que iba a ocurrir en los años venideros para los usuarios del sistema y en general para el sistema financiero nacional.

Los nuevos dueños, mayoritariamente inexpertos, que en el afán de obtener rentabilidad lo más rápido posible actuaron sin la prudencia que se necesita en la actividad bancaria, se deshicieron del personal y comenzaron a prestar dinero en condiciones no sensatas y sin control, siendo el detonante de una nube de créditos impagables que combinados con otros desafortunadísimos eventos, llevó a la quiebra generalizada de los bancos en 1995.

Con el país literalmente en quiebra, aparecen al rescate entidades internacionales que, en efecto, ayudaron a mantener el país funcionando, pero a un costo altísimo para todos, uno de los múltiples costos pagados por todos nosotros, fue la pérdida de control nacional de las instituciones bancarias y el rescate bancario del que tanto se ha escrito y continuamos pagando todos los mexicanos.

Solo 2 bancos sobrevivieron al desastre de esos tiempos y los pedazos de los restantes se vendieron a grandes bancos extranjeros, con los cuales pudieron rehacerse 3 bancos controlados en el extranjero y en donde las grandes y cruciales decisiones de políticas de crédito y ahorro se toman, hasta el día de hoy, en las casas matrices de esos bancos, no en México. Claramente no les importan las necesidades soberanas mexicanas, la extranjerización de la banca es un error que ha sido señalado por muchos expertos, incluida la hoy Diputada Patricia Armendáriz.

Los efectos negativos en los usuarios de a pie de la banca actual son: el altísimo costo por utilizar los servicios bancarios y además enfocan su política de crédito al consumo, que es la modalidad de crédito menos fructífera para el país; hoy, obtener créditos razonables para que usted o yo podamos iniciar un negocio o una industria es prácticamente imposible, y esa es una de las mayores razones por las que el país no ha podido salir del bache.

La mayor parte de la banca mexicana hoy no es un motor de crecimiento, la banca dejó de ser un problema político para convertirse en un componente importante de un problema económico mayor que nos tiene atrapados en un crecimiento raquítico.

De hacerse realidad el cabotaje, este es el escenario que enfrentaremos y definitivamente no queremos esa historia para la industria, nuestros pasajeros y los que dependemos de ellas queremos no ser un problema político o económico para el país, queremos ser parte de la solución de los problemas nacionales y necesitamos establecer ya, en concierto, una política pública en materia de aviación civil. Les aseguro que al analizar la industria mexicana de manera global, se les olvidaría andar buscando abrir puertas falsas como la del cabotaje a permisionarios extranjeros y se podría relanzar el sector aéreo de manera exitosa tanto en lo domestico como en lo internacional.

La imposición de ocurrencias, sin visión a futuro, sin políticas públicas claras y sin escuchar a los sectores, ha erosionado de manera importante el aprovechamiento de bienes nacionales para beneficio del país, generado desempleo y falta de oportunidades para los jóvenes. Aprendamos de nuestros errores nacionales y no volvamos a cometerlos.

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