Justo hace un año escribí en esta columna sobre el primer proyecto comercial de entrega de material médico en el mundo por medio de drones en África en el 2016 a cargo de la compañía Zipline y los planes de ésta para expandir sus servicios de entrega por ese medio en los Estados Unidos, comenzando el año pasado un programas piloto en Carolina del Norte.
A un año del inicio del proyecto piloto, los aviones no tripulados de Zipline están entregando suministros médicos y equipo de protección personal a un Centro médico de Novant Health en Charlotte, Carolina del Norte. Considerando la pandemia de covid-19, las entregas son completamente sin contacto, siendo el servicio de entrega por medio de drones de mayor alcance que ha sido aprobado en los Estados Unidos.
Según dijo el CEO de Zipline, Keller Rinaudo, en un comunicado “el uso de la logística de drones sin contacto será una herramienta importante en los esfuerzos contra el covid-19. El trabajo en curso en Carolina del Norte proporcionará al resto del país un plan de cómo construir un sistema de atención médica más robusto y aceptado por la población”.
El servicio ha comenzado entregando suministros al centro médico de Novant Health en Huntersville desde un depósito al lado de sus instalaciones en Kannapolis, Carolina del Norte. Una vez que los drones llegan a su destino, dejan caer los suministros por medio de paracaídas, lo que significa que el centro no necesita ninguna infraestructura adicional para recibir las entregas.
Por ahora, Zipline ha recibido la aprobación de la Administración Federal de Aviación de los EU (FAA) para vuelos en dos rutas, con viajes de ida y vuelta de entre 30 y 50 Km. Sin embargo, los drones de la compañía, como se ha probado en África, tienen un alcance total de más de 160 Km, lo que significa que son capaces de llegar a 30 instalaciones más de Novant Health, a la espera de la aprobación de la FAA. En los próximos dos años, Novant y Zipline esperan obtener el visto bueno de la FAA para servir a los centros de salud e incluso a los hogares de los pacientes como parte de un servicio comercial completo.
Aunque esta es la primera vez en Estados Unidos para Zipline, no es la primera vez que los drones de la compañía se han utilizado para entregar suministros médicos a nivel mundial. En 2016, la compañía de logística de drones comenzó a entregar sangre en Ruanda en lo que fue, en ese momento, el primer sistema nacional de entrega con drones. En 2019, expandió sus operaciones a Ghana. En total, la compañía señala que sus drones han volado más de 3 millones de kilómetros de forma autónoma, y ahora está usando sus drones para ayudar a responder a la pandemia de covid-19 en ambos países.
Zipline y Novant Health no son las únicas compañías que usan drones para entregar suministros médicos en EU. Como apunté en esta columna en abril, UPS y CVS comenzaron a usar los drones M2 de Matternet para entregar medicamentos en una comunidad de jubilados en Florida. Sin embargo, mientras los drones de Zipline se entregan directamente a las instalaciones médicas, en Florida los drones de Matternet se usan para entregar a un centro de distribución, antes de que un vehículo terrestre de UPS lleve el paquete a la puerta de los residentes.
Alphabet’s Wing también está llevando a cabo entregas con drones en Virginia, aunque estos consisten en artículos para el hogar como comida y café, en lugar de artículos médicos.
Quiero destacar que la implementación de servicios de entrega con drones no ha sido de forma intempestiva en EU. La FAA ha invertido al menos 4 años en análisis y experimentación con el fin de garantizar la viabilidad operativa y de seguridad.
En México se ha puesto de manifiesto que el uso de drones durante la emergencia sanitaria por el covid-19 ha sido de forma improvisada, se ha pasando por alto que existe una Norma Oficial Mexicana (NOM-107-SCT-2019) vigente que regula su operación.
Casos como el de la Alcaldía de Miguel Hidalgo que empleó un dron de más de 25 Kg de peso (MTOW) para la dispersión de sanitizante (cosa no recomendada por la OMS), un dron sin aparecer en el Registro Aeronáutico Mexicano, volando sobre personas (prohibido por la NOM), en lugares prohibidos (junto a helipuertos), piloto sin licencia, etc, etc... todo esto pone en evidencia la falta de cumplimiento de la regulación y una efectiva vigilancia por parte de la autoridad.
Estamos a tiempo de evitar que ocurra un accidente grave. ¿Por qué esperar a que algo así pase para “tapar el pozo”?
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