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22/12/2024

Cumplió su sueño: será piloto

Redacción A21 / Martes, 5 Abril 2022 - 01:00
OKIWA HA TRABAJADO TENAZMENTE PARA SER PILOTO, SIEMPRE CUESTA ARRIBA, HASTA QUE OBTUVO EL APOYO DE ASPA

“Me subí a un avión por primera vez y cuando iba a despegar sentí como que empezó a vibrar; mi emoción fue tanta al ver que una máquina gigante me llevaría por el cielo. Pensé que era la emoción de ser la primera vez, pero no fue así, fue impresionante y desde ese momento le dije a mi mamá: aquí es, aquí es donde voy a estar.”
 
Así comenzó la historia de Okiwa López Uribe, originaria de Coahuila, quien fue la ganadora de la beca Emma Catalina Encinas Aguayo para estudiar la carrera de piloto aviador comercial, que otorgó la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA) de México, en conjunto con la escuela de aviación Skymates, con sede en Dallas, Texas.

Leer más: ASPA beca a Okiwa López
 
Nació en San Pedro de las Colonias, y actualmente tiene 23 años. Su familia proviene de un rancho llamado San Marcos. Al poco tiempo se mudaron a Ciudad Acuña, donde vive actualmente. Okiwa se asume como una persona nómada, inquieta, a la que le gusta conocer el mundo.

“Desde que nací soy nómada. Cuando mi mamá me tuvo, estaba haciendo su servicio social en enfermería, tenía mucha movilidad y yo iba con ella. Cuando crecí siempre me gustó explorar nuevos lugares y tener nuevas oportunidades. Acuña es muy chiquito, las oportunidades son muy limitadas, entonces para poder crecer personalmente y profesionalmente tuve que mudarme.”

El amor por la aviación le llegó de golpe y a pesar de las circunstancias que indicaban que su sueño era imposible Okiwa nunca se rindió. “Me parece impactante el mundo de la aviación. Quiero ver los paisajes y que la cabina sea mi oficina. Sin embargo, me di cuenta que no tenía dinero para estudiar para piloto aviador, porque investigué y la carrera era carísima. Todo estaba fuera de mi alcance, aunque trabajara 24/7 no lo podía pagar”.

“Seguía con la idea de la aviación, pero también sabía que era buena en química y decidí estudiar ingeniería en tecnología ambiental en la Universidad Politécnica de Piedras Negras (A hora y media de distancia de Acuña), pero sufría mucho porque no me gustaba, no obstante, siempre me han dicho que aunque no te gusten las cosas tienen que estar bien hechas, así que salí de la universidad con un buen promedio y comencé a trabajar”.

 

Problemas familiares, otro obstáculo

Durante su estancia en la universidad refirió que su familia tuvo problemas económicos, debido a que su mamá enfermó y fue hospitalizada en terapia intensiva; a causa de una neumonía que provocó le quitaran un pedazo de la bolsa pleural; pensó que tendría que dejar la escuela para cuidar a su madre. Al final pudo continuar con sus estudios, sin embargo, fue necesario que trabajara y estudiara al mismo tiempo.

“Mi mamá sigue yendo a citas con el médico porque la neumonía le trajo muchas afecciones, como no poder respirar bien, ahora está mucho mejor y ya se jubiló”.

 Al hablar de su padre el rostro de Okiwa cambia y explica: “Desde que estoy chiquita no conozco a mi papá biológico, mi mamá se casó de nuevo. Es una historia de vida difícil, medio dividida. De alguna manera te sientes sola o con mucha responsabilidad. En un momento me tuve que hacer cargo de mis hermanos mientras que mi mamá trabajaba de noche, iba desvelada a la escuela, entonces siempre he sentido una responsabilidad muy grande”.

 
“Desde que me eligieron, sentí que me salvaron”

Para la joven, haber ganado la beca de ASPA de México ha significado un giro en su vida de 180 grados, ha sido el impulso que necesitaba para continuar su sueño truncado que ahora se está haciendo realidad. 

Desde que me eligieron para obtener la beca, sentí que me salvaron, porque yo trabajaba para una empresa llantera en la cual sufría acoso laboral por parte de mi jefe; pero desde el día que me notificaron que había ganado, me regresé inmediatamente a casa de mi mamá a realizar los trámites de la visa para poder irme a Estados Unidos y empezar mi anhelada carrera de piloto aviador”.
 
“De chiquita no tenía nada establecido en cuanto a qué quería ser de grande, pero el gusto por la aviación creo que se dio porque soy muy curiosa, mi interés siempre estuvo encaminada a la astrofísica; pero también me intrigaba saber cómo un avión o un cohete podía volar y pensaba ¿con qué facilidad?, pero no fue hasta que me subí a un avión que lo tuve muy claro”, cuenta Okiwa con entusiasmo.
 

Aunque para este momento ya tenía una carrera terminada, no podía olvidar la aviación y pensó en ser sobrecargo con el objetivo de acercarse a su sueño de ser piloto.

“Me mude a León, Guanajuato porque en Coahuila no hay escuelas de aviación. Allí trabajé en una construcción y al mismo tiempo hice un año en la carrera para sobrecargo. En algún momento un profesor de aerodinámica me comentó que era muy buena, que tenía el perfil de piloto. Le dije que no tenía los recursos, me aconsejó que hablara con la escuela para que me dieran un financiamiento, pero no me alcanzaba de ninguna manera. Entonces mi plan era ejercer tres años, y luego estudiar para piloto”.

“Me han subestimado por ser mujer, pero haré lo que me proponga”

La ingeniera cuenta que viendo las redes sociales, un día se cruzó con la convocatoria de beca para convertirse en piloto que ofrecía la asociación sindical; sin embargo, al pedir más información le comentaron que era exclusiva para chicas de Michoacán.

 
“Tiempo después me mandaron un correo que decía que se había abierto la convocatoria para mujeres de todo el país, así que mandé el video que me solicitaron casi llorando. Después me avisaron que era finalista y que tenía que hacer una prueba en un simulador. Cuando realicé la prueba, el capitán Valero me preguntó, tras haber estado en el simulador, que si realmente era lo que quería y yo contesté, ahora más que nunca estoy convencida”, narró la joven.
 

Okiwa es una persona tenaz que nunca dejó su sueño atrás. El ganar esta beca, como ella lo dice, significa el cambio en su vida que siempre esperó. Ahora me siento muy capaz de hacer las cosas, hasta la fecha no termino de creerme que voy a estudiar para piloto. Esto me ha dado mucha confianza en mí y en mis capacidades, ese ha sido el cambio más grande. Vengo de una situación difícil en la que me subestimaron por ser joven y por ser mujer; ahora siento que puedo hacer todo lo que me proponga”.

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