Desde hace un par de años, Andrés Manuel López Obrador ha venido diciendo que, de ganar la elección presidencial en México, venderá el avión Boeing 787-8 Dreamliner que actualmente utiliza Enrique Peña Nieto. Hoy, esta promesa parece ir más en serio pues, según un reporte del portal La Política Online, el candidato presidencial ya tiene comprador de la aeronave en la figura de un inversionista estadounidense.
Durante su toma de protesta por el partido Morena del pasado 18 de febrero, el tres veces candidato a ocupar el poder ejecutivo reafirmó que vendería toda la flota de aeronaves al servicio del gobierno.
En particular, el político tabasqueño tiene en la mira al avion B787-8 (bautizado como “José María Morelos y Pavón”) que tuvo un costo estimado en 3 mil millones de pesos (sólo la aeronave) y fue entregado al gobierno mexicano desde el 3 de febrero de 2016.
Personas con conocimiento del tema aseguran que Alfonso Romo, colaborador cercano a López Obrador, fue quien tuvo contacto con un ejecutivo ligado al fondo financiero Vanguard con sede en Nueva York. Esta persona aparentemente serviría de intermediaria con una familia real de Medio Oriente que está interesada en adquirir la aeronave de fuselaje estrecho.
Aparentemente, el comprador misterioso ofrece un 30 por ciento menos del costo original, que según la Secretaría de Hacienda estriba en casi 8 mil 571 millones de pesos (mdp).
De acuerdo con el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2017, el costo del avión presidencial fue de 637.1 mdp, a lo que además se suma el equipamiento (560.7 mdp) y pagos anuales (a 15 años) por operación y mantenimiento cercanos a los 45 mdp (total = mil 300 mdp) más un pago anual de arrendamiento de entre 4.6 y 451.4 mdp.
Por esta razón, López Obrador ha hecho de este uno de sus principales temas de campaña, al punto de hacer patente que solo utilizará aeronaves civiles para trasladarse al interior de la República, tal y como difundió a través de videos en sus redes sociales:
