Héctor Ruiz, un nombre que resuena desde Piedras Negras, Coahuila, hasta los corredores de la industria tecnológica global. Nació el 25 de diciembre de 1945 y cruzaba la frontera todos los días para estudiar en Eagle Pass, Texas. Este esfuerzo inicial marcó el inicio de una carrera extraordinaria. Su ascenso a CEO de Advanced Micro Devices (AMD) entre 2002 y 2008 lo convirtió en el primer mexicano en liderar una empresa de semiconductores de talla mundial. Hoy, a sus 79 años, sigue activo en proyectos que empoderan comunidades. Su vida es una lección poderosa para quienes soñamos con un futuro espacial en México.
Héctor Ruiz comenzó su carrera en Texas Instruments y Motorola, donde pasó 22 años hasta convertirse en presidente del Sector de Productos Semiconductores. En 2000, Jerry Sanders lo reclutó para AMD. Este paso no fue casual. Lideró la empresa durante un periodo de competencia feroz contra Intel. En 2005, impulsó un caso antimonopolio que terminó en un acuerdo de 1.25 mil millones de dólares en 2009. Esta decisión requirió visión y valentía. Para mí, como admirador apasionado por la innovación, este momento destaca. La tecnología que Héctor Ruiz ayudó a desarrollar en AMD, como procesadores avanzados, tiene aplicaciones en campos como la exploración espacial. Imagino cómo su enfoque podría inspirar a ingenieros mexicanos a construir satélites o sistemas de navegación.
Su legado trasciende los semiconductores. En 2009, fundó GlobalFoundries, una fundición que marcó un cambio en la fabricación de chips. Aunque dejó el cargo en 2010, su visión perdura. Ahora dirige ANSI Capital LLC y Innovación Investments, enfocándose en tecnología para comunidades subrepresentadas. También forma parte del Consejo Asesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Texas en Austin. Este compromiso con la educación resuena conmigo. El espacio requiere mentes preparadas. Si jóvenes mexicanos ven en Ruiz un modelo, podrían dedicarse a diseñar cohetes o analizar datos de telescopios. Su Premio Ohtli en 2015 por el Consulado de México en Austin reconoce este impacto.
En 2013, Héctor Ruiz escribió “Slingshot” en alusión al enfrentamiento bíblico entre David y Goliat y narra su lucha contra el gigante Intel. Más que un relato corporativo, es una guía. Habla de su infancia y los valores que lo llevaron al éxito. Leo sus palabras y pienso en cómo aplicarlos al espacio. La perseverancia que mostró al cruzar la frontera todos los días podría motivar a estudiantes a superar desafíos técnicos. Su programa 50×15, que buscaba conectar al 50% de la población mundial a internet para 2015, muestra una mentalidad inclusiva. El espacio no debe ser exclusivo. Conectar comunidades remotas mediante satélites depende de esa misma idea.
La industria espacial necesita líderes como Héctor Ruiz. Sus decisiones en AMD mejoraron el rendimiento de los procesadores. Estos avances son cruciales para simulaciones orbitales o inteligencia artificial en misiones espaciales. Pienso en cómo un mexicano con su perfil podría liderar proyectos de desarrollo satelital. No se trata solo de tecnología. Se trata de visión. Ruiz demostró que el talento mexicano puede competir globalmente. Esto abre puertas para que las nuevas generaciones apunten a las estrellas.
Como admirador, veo en Ruiz un puente. Su carrera conecta esfuerzo personal con impacto global. México tiene recursos naturales, ingenio y una ubicación estratégica. El espacio ofrece oportunidades en comunicaciones, ciencia y exploración. Ruiz no trabajó en este campo, pero su ejemplo aplica. Los ingenieros jóvenes pueden emular su disciplina. Los emprendedores pueden aspirar a innovar. Los estudiantes pueden soñar en grande. Su historia es un testimonio de que el éxito viene de la constancia.
A sus 79 años, sigue activo. Esto dice mucho. El espacio mexicano necesita esa energía. Satélites, telescopios, lanzamientos: todo requiere dedicación. Ruiz cruzó fronteras físicas y profesionales. Ahora, invito a ustedes lectores a cruzar fronteras imaginarias. Que la vida de Héctor Ruiz los motive a construir un futuro espacial desde México. Las nuevas generaciones tienen el potencial. Solo necesitan un ejemplo. Héctor Ruiz lo es.
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