Hace unos días, la periodista MARÍA IDALIA GÓMEZ, dio a conocer una preocupante información, la cual podría poner en evidencia la negligencia, de una persona al interior de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), actualmente a cargo de MIGUEL ENRIQUE VALLÍN OSUNA.
Según la periodista, dos accidentes de aeronaves mexicanas, uno, sucedido en Cuba, el 18 de mayo de 2018, un Boeing 737 de la empresa Global Air y el segundo, de la empresa Jet Rescue, un Learjet 5, registrado, hace apenas una semanas en Filadelfia.
La figura central en este tema es UBALDO ALBERTO ESPINOZA TREJO, quien ha ocupado varios cargos dentro de la AFAC.
Desde 2016, Espinoza Trejo ha sido parte integral de la estructura administrativa del organismo, llegando a desempeñarse como Jefe de Departamento y Comandante del Aeropuerto de Ciudad Juárez.
Luego, ascendió al cargo de Director de Seguridad Aérea, donde su responsabilidad era supervisar las condiciones operativas y de seguridad de las aeronaves.
La noticia no solo resulta inquietante por las implicaciones en términos de seguridad, sino también porque resalta cómo los intereses privados podrían estar por encima de la integridad de los sistemas regulatorios encargados de velar por la seguridad de los pasajeros.
Si se confirma que Espinoza Trejo, omitió su responsabilidad de realizar o presentar las inspecciones correspondientes, el daño a la confianza en las instituciones encargadas de la seguridad aérea podría ser irreparable.
Según reportes de 2021, Espinoza Trejo también estuvo a cargo de agilizar trámites para aerolíneas y talleres, en un proceso que implicaba la colaboración con negociadores externos.
El también periodista CARLOS LORET DE MOLA, en junio de 2022, ya había mencionado a Espinoza Trejo, cómo subordinado del militar GUILLERMO MACIAS AVITIA quien entonces era director ejecutivo de Seguridad Aérea.
Si bien los detalles sobre su trayectoria y su implicación directa en los referidos accidentes siguen siendo vagos, el panorama no es nada alentador.
La falta de inspecciones adecuadas podría haber contribuido a las tragedias, no solo por la negligencia o desinterés en el cumplimiento de los protocolos, sino por la posible connivencia entre funcionarios y actores externos.
Este caso no es un incidente aislado, nos enfrenta a una realidad en la que la negligencia en el sector aéreo puede tener consecuencias fatales.
Si está es la realidad que se está viviendo, la AFAC y sus funcionarios deben rendir cuentas ante la sociedad.
El gobierno de CLAUDIA SHEINBAUM PARDO, debe actuar con transparencia y firmeza para evitar que se siga minando la confianza en un sistema que debe anteponer la vida humana por encima de cualquier interés personal o económico.
¡Queda Dicho!
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