La industria aérea es un sector estratégico en el desarrollo económico y social de un país, por lo que requiere de una política pública sólida y bien integrada. En un entorno globalizado, el transporte aéreo es esencial para la conectividad de las naciones, la economía y el comercio internacional. Esta política debe abarcar diversos aspectos, incluyendo al sector de la educación, y con esto me refiero a la academia.
Pero, ¿por qué resulta de importancia incluir a la academia en el tejido de la política pública que impulse a una de las industrias más importantes del país?
Pues porque la inclusión del sector educativo en la formulación y ejecución de políticas aeronáuticas en México es fundamental para impulsar la seguridad, eficiencia, innovación y la formación de recursos humanos altamente capacitados, para el desarrollo sostenible en la industria aeronáutica, aquí es donde las universidades juegan un papel crucial.
Y no sólo lo digo yo, que, como directiva de una universidad, formamos parte de la academia en nuestro país, sino que actualmente hemos visto cómo cada vez más hace falta personal capacitado, profesional, hemos visto cómo decisiones tomadas por personal que carece del conocimiento sobre la industria, ha llevado a tropiezos e inclusive descalabros en nuestro sector. Adicionalmente, cabe destacar que actualmente no es sencillo remplazar al personal técnico aeronáutico, si no que se requerirá en un futuro no lejano, una mayor cantidad de personal de mantenimiento, despachadores de vuelo, controladores de tránsito aéreo, tripulantes de cabina y pilotos, pero, además, quiénes estarán capacitados para dirigir y administrar a todo este personal.
Hoy en día podemos ver cómo aerolíneas mexicanas y de otros países estan incrementando sus flotillas de aviones, justo leía que, en los próximos 20 años, la flota aérea a nivel mundial se va a multiplicar a 48 mil aviones, de los cuales señalaba el presidente de Boeing para Latinoamérica se requerirían 2,105 aviones, y yo me pregunto ¿cómo harán las aerolíneas frente a la necesidad de contratar personal capacitado para este incremento en sus flotillas?
Y no sólo eso, sino ¿quién estará capacitando a todo el personal que se va a requerir hoy y en los años venideros para dar atención a la demanda que la misma industria está generando? Así como la calidad en la educación y en los altos estándares que requiere la industria, y es aquí en donde entra la importancia de la academia en una política pública de Estado, que pueda fortalecer al sector e impulsar su crecimiento, si satisface sus necesidades del personal profesional que requiere para el crecimiento sostenido que demanda la industria.
Es por ello que el sector educativo es un pilar fundamental para la formación de recursos humanos altamente capacitados en aeronáutica. La inclusión de programas académicos especializados en este ámbito, como pilotos, dirección y gestión aeroportuaria, ingeniería aeronáutica, mecánicos entre otros, permite la formación de profesionales con conocimientos técnicos y habilidades específicas que la industria aeronáutica requiere, máxime que la aviación es una industria en constante desarrollo y crecimiento. Por lo tanto, esta colaboración de la que hablo entre instituciones educativas, gobierno e industria, es vital para impulsar proyectos de investigación, generando soluciones innovadoras, mejoras tecnológicas y un incremento en la competitividad en el mercado aéreo.
Otro punto que es imprescindible, es que el sector educativo puede contribuir a promover la conciencia sobre la importancia de la seguridad aérea, principio rector de la aviación, ya que, a través de programas educativos diseñados de acuerdo a las necesidades actuales de la industria, es como se pueden mantener altos estándares de seguridad y competitividad, pues la aviación civil opera bajo una serie de normativas y estándares internacionales, con lo cual las universidades pueden contribuir a la formación y actualización de regulaciones y, además, apoyar con la capacitación del personal que la autoridad requiere para la supervisión del cumplimiento de toda esta normatividad.
Por consiguiente, integrar al sector educativo en la formulación e implementación de políticas públicas sobre aeronáutica en México es imperativo para el desarrollo sostenible de la industria aeronáutica. Como ya comentamos, la formación de recursos humanos altamente capacitados, la investigación e innovación, la actualización constante, la promoción de la conciencia aeronáutica y seguridad, y la estimulación del espíritu emprendedor son sólo algunos de los beneficios que esta sinergia puede generar. Es esencial que los actores involucrados trabajen en conjunto para fortalecer la relación entre la educación y la aeronáutica, asegurando así un futuro próspero y seguro para la industria aeroespacial en México.
Invito a la autoridad aeronáutica a que no dejen de lado en la creación de una política pública de Estado en materia aeronáutica a la academia, que visualicen todo el valor que podemos aportar en el desarrollo de una aviación civil segura y eficiente, los conocimientos que por años han desarrollado el sector educativo, con investigaciones y desarrollo de tecnología y que además somos quienes podemos estar innovando en la oferta académica de acuerdo a las necesidades de profesiones y nuevas habilidades y competencias que demanda el sector aéreo.
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