Con la finalidad de erradicar las prácticas comerciales abusivas de las aerolíneas tales como cargos adicionales por servicios esenciales como el equipaje documentado y el equipaje de mano o la selección de asientos, senadoras petistas presentaron una iniciativa con proyecto de decreto para modificar ciertas fracciones y artículos de la Ley de Aviación Civil (LAC).
Sin embargo, de materializarse esta iniciativa, quien terminará pagando más será el propio consumidor, debido a que las aerolíneas, al final de cuentas trasladarán estos costos al precio del boleto, consideró Carlos Torres, experto en aviación.
En entrevista con A21, el especialista dijo que, si bien éste no es un tema nuevo, la sobreventa y los cobros adicionales por otros servicios, es algo que los legisladores quieren regular porque viajan mucho y en algún momento se han enfrentado con esta situación.
En el caso de la sobreventa, explicó ésta es una práctica internacional reconocida en la industria aérea y que se fundamenta en que muchos pasajeros, a pesar de que compran su boleto de avión, no abordan la aeronave, por distintas razones como el retraso accidental, el cambio de itinerario u otros motivos.
Y ese porcentaje que decide no abordar, en términos estadísticos, le permite a las aerolíneas utilizar la sobreventa, pues muchos clientes deciden tomar las las alternativas ofrecidas por las aerolíneas debido a la sobreventa, lo que les brinda la oportunidad de recibir una compensación económica u otros beneficios.
Por lo que, en caso de sobre regularse, el margen de ingresos adicionales que las aerolíneas obtienen por la sobreventa se vería afectado. Esto podría llevar a que las aerolíneas compensen esa pérdida de rentabilidad incrementando el precio de los boletos, además de encarecer ciertos destinos.
Muchos legisladores desconocen que este aspecto ya tiene un límite, y tratar de regularlo sería contraproducente, como un búmeran que, al tratar de proteger a los usuarios,se regresaría vía afectación en los precios, ya que los legisladores no tienen atribuciones para regular la oferta y la demanda, explicó Torres.
Mientras que, con respecto a los cargos adicionales, en 2017 se realizó una reforma que se conoció como “Defensa del Consumidor” donde se hicieron cambios a la LAC por el cobro de equipaje, que ya estuvo regulado, por lo que entrar a un escenario de especificidad mayor le quita margen de maniobra a las aerolíneas tratando de defender a los usuarios, pero las líneas aéreas le darán la vuelta vía las tarifas.Y es que de acuerdo con la iniciativa presentada por las senadoras del Partido del Trabajo (PT), Geovanna del Carmen Bañuelos de la Torre y Lizeth Sánchez García, precisa que la actual legislación permite la sobreventa de boletos.
En la exposición de motivos, las senadoras explicaron que el transporte aéreo es, por naturaleza, un servicio que debería garantizar a los pasajeros un nivel de previsibilidad y seguridad en sus trayectos.
“Las tarifas que se publican deben reflejar el costo real del servicio, sin sorpresas ni añadidos que distorsionen la relación costo-beneficio para los usuarios”, destacaron.
Justificaron que cuando una persona compra un boleto de avión, espera que el precio que paga incluya los componentes básicos del servicio: un asiento, el derecho de llevar el equipaje que la legislación señala y la posibilidad de viajar en las condiciones acordadas.
“No obstante, la falta de claridad sobre los componentes de las tarifas en la legislación vigente brinda la posibilidad para que los proveedores de este servicio realicen cobros indebidos sobre estos elementos, como si fueran extras, cuando en realidad son parte integral del servicio en el transporte”, precisaron.
Explicaron que un problema significativo es la publicidad engañosa empleada por las aerolíneas, que, bajo el amparo de la normativa vigente, han desarrollado tarifas aéreas que contradicen el espíritu de la ley, particularmente en lo que respecta al artículo 47 de la LAC.
Actualmente, señalaron, ese artículo establece la posibilidad de ofrecer una tarifa preferencial a pasajeros que opten por no llevar equipaje, lo cual en teoría debería beneficiar a quienes “viajan ligeros”, pero en la práctica, puntualizaron, ha dado lugar a abusos.
Explicaron que las aerolíneas han aprovechado esta disposición para crear un esquema de tarifas que, lejos de ser un beneficio para los pasajeros, ha sido utilizada para “maximizar sus ingresos”.
“Esta estrategia permite a las aerolíneas ofrecer precios irreales por los servicios de transporte aéreo, a los cuales van agregando cargos por servicios que deberían estar incluidos como parte de los derechos de los pasajeros”, señalaron.
Añadieron que otra práctica relacionada es el cobro adicional por la selección de asientos, ya que, si bien cada boleto comprado incluye de manera inherente el derecho a un asiento, las aerolíneas han implementado un sistema que cobran a los pasajeros por la selección de su lugar. Incluso, dijeron, cuando viajan acompañados por menores de edad, lo que contradice la necesidad de garantizar el interés superior de la niñez.
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