En estos tiempos en que estamos afrontando retos y desafíos que no se vivían hace mucho tiempo o tal vez nunca en la industria aérea nacional, tenemos que abrirnos al debate de las ideas y de las propuestas, siempre con altura de miras y teniendo en mente un bien superior, que es la aviación nacional.
Para que este intercambio de pensamientos, conocimientos y experiencias surta efectos constructivos y trascienda, debe ser plural, conducido, ordenado y protagonizado por el ecosistema aéreo de nuestro país, es decir, por las instituciones, organizaciones y grupos de interés que conforman la comunidad aeronáutica en México.
Deben ser actores principales en este debate las escuelas de aviación, las universidades, los colegios, asociaciones y sindicatos de pilotos, de ingenieros aeronáuticos, de controladores de tránsito aéreo, de sobrecargos, técnicos, las cámaras y asociaciones empresariales (de transporte, hoteleras, turísticas), las aerolíneas de pasajeros y de carga, las empresas de aviación privada, los grupos aeroportuarios, los abogados de aviación, los clusters aeronáuticos, los arrendadores de aeronaves, los proveedores de servicios de rampa y asistencia en tierra, de seguridad de la aviación, de suministro de combustible, los centros de mantenimiento y talleres aeronáuticos, los almacenes fiscalizados, agentes de carga, agentes aduanales, los medios especializados en aviación y desde luego la oficina de la OACI en México y las autoridades de aviación civil de nuestro país.
Temas como la recuperación de la categoría 1 ante la FAA, el cabotaje, los aeropuertos y aerolíneas estatales, el sistema aeroportuario metropolitano, el control y diseño del espacio aéreo, entre otros, son sin duda retos nunca antes vistos, pero también constituyen una gran oportunidad para someterlos a debate, al raciocinio especializado y a la consecuente generación de ideas, propuestas y planes estratégicos de acción que conduzcan a encontrar formas de gestionarlos, solventarlos y llevarlos a buen puerto por el bien de la aviación nacional.
Recuerdo, en años anteriores, la organización de diversos encuentros, mesas de trabajo y foros abiertos en universidades, asociaciones e incluso en las cámaras legislativas, que congregaban precisamente a parte de este ecosistema, en los que llegaron a generarse propuestas de valor para el sector aéreo, que de haberse dado el seguimiento correspondiente hubiesen trascendido.
Lo único que hoy no debemos hacer, es no hacer nada, por lo cual, organizar estos encuentros y foros con nuestra comunidad aeronáutica, exponer ideas, debatir pensamientos, llegar a consensos, diseñar planes de acción bien sustentados, para documentarlos y promoverlos, es parte de la tarea y de la obligación que como miembros de dicha comunidad nos corresponde.
La aviación es una actividad, una industria altamente especializada, por lo tanto, a este ecosistema integrado por los especialistas de la aviación en sus muy variadas disciplinas, nos compete también aportar soluciones a través de la difusión de las mejores prácticas de la industria que implementamos todos los días desde nuestras trincheras.
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