Prohibir el acceso a un país a una persona sólo por su nacionalidad o su origen étnico no sólo va en contra de todos los principios de libertad y facilitación de los viajes promovidos por la comunidad turística internacional, sino que puede inhibir la derrama económica generada por este sector, sobre todo para los Estados Unidos, coincidieron la Organización Mundial de Turismo (OMT) y el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (CMVT).
En sendos comunicados, cada uno de estos organismos condenó la prohibición de viaje hacia los EU a ciudadanos de siete países mayoritariamente musulmanes (Irak, Siria, Irán, Sudán, Libia, Somalia y Yemen), establecida a través de una orden ejecutiva firmada por el mandatario estadounidense Donald Trump, el 27 de enero pasado.
El órgano de Naciones unidas hizo incapié en que la medida puede resultar contraproducente para los EU, en términos de crecimiento económico y creación de empleos para el sector turístico estaounidense.
Además del impacto directo, la imagen de un país que impone restricciones de viaje de una forma tan hostil seguramente se verá dañada ante los visitantes de todo el mundo, con lo que corre el riesgo de sufrir una contracción en la demanda de viajes hacia los EU", señaló Taleb Rifai, secretario general de la OMT.
Por su parte, el CMVT reprobó las detenciones arbitrarias de viajeros en terminales aéreas y cuestionó la efectividad de la prohibición para mejorar la seguridad interna y "prevenir la infiltración de terroristas y criminales extranjeros", como ha señalado la administración Trump.
En el pasado reciente, la gran mayoría de los ataques terroristas han sido perpetrados por ciudadanos originarios de los EU y radicalizados al interior de su país. (...) Impedir que ingresen 'extranjeros' con fines legítimos de comercio u ocio es equivocado y contraproducente para la economía estadounidense", dijo David Scowsill, Presidente y Director General del CMVT.
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