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03/05/2024

Drones de mensajería

Redacción A21 / Lunes, 10 Octubre 2022 - 01:00
Patrón de espera

Por Sebastián Pinelli*

El jueves pasado, en Brisbane, Australia, un dron mensajero autónomo (que opera sin piloto) de la empresa Wing, subsidiaria de Alphabet, volaba para realizar una entrega cuando sufrió un desperfecto. Su sistema de navegación analizó el terreno, encontró un lugar viable y ejecutó un “aterrizaje controlado de precaución”, mismo que no fue ni tan analizado ni tan controlado, porque terminó parándose sobre unas líneas de electricidad, causando que once mil voltios corrieran por su fuselaje por lo que se incendió. El incidente provocó que se cortara la electricidad para revisar las líneas, afectando a más de dos mil personas durante 45 minutos y a unas trescientas personas por más de tres horas.

Hasta la fecha, éste ha sido el incidente más significativo (a excepción de los comentarios sobre el ruido el adversario más cercano) para Wing, que fue fundada en 2012 cuando Alphabet se llamaba Google y acumula un cuarto de millón de vuelos en zonas de Australia y Finlandia desde el 2019. En abril de este 2022 inició operaciones en el área de Dallas, Texas, tras un año de pruebas en esa ciudad. También Flytrex, compañía de origen israelí, opera sus drones con éxito en algunas zonas urbanas de Carolina del Norte, Estados Unidos, con entregas en 5 minutos.

El vuelo de los drones de otro gigante tecnológico ha sido más turbulento. En el 2013, Jeff Bezos salió en televisión y compartió la visión de Amazon, previendo en 5 años entregas de mercancía pequeña en menos de 30 minutos, utilizando drones autónomos. Sin embargo, después de gastar más de dos billones de dólares, en junio del año pasado Amazon Air (su rama de transporte aéreo de carga) tuvo su incidente más preocupante hasta entonces: durante un vuelo de prueba, el dron se incendió en el aire y cayó en picada, explotó al impactar con el terreno y causó un incendio forestal

Las investigaciones de éste y otros incidentes de Amazon han sido controversiales, ya que la Federal Aviation Administration (FAA) sospecha que la compañía tecnológica ha puesto trabas para que la agencia de aviación no se involucre en ellas. Exempleados de Amazon Air mencionan que la constante búsqueda de incrementar la capacidad de carga del dron genera la necesidad de baterías de litio más grandes, aumentando el riesgo de fallas e incendios espontáneos. 

Actualmente, Amazon se encuentra probando su programa en una ciudad de California y otra de Texas, y al momento la FAA estudia comentarios, sugerencias y preocupaciones de usuarios y habitantes de los vecindarios donde sobrevuelan estos drones. Las regulaciones gubernamentales (o mejor dicho, la carencia de ellas) referente al vuelo de drones para entregas, son los principales obstáculos que encuentran las compañías mensajeras para arrancar operaciones en distintos países, principalmente en el país vecino. 

Un análisis realizado por The Brainy Insights valoró al mercado de entregas realizadas por drones, en 213 millones de dólares en el 2021 y pronostica un crecimiento anual constante hasta el 2030, cuando el mercado valdrá 7,168.8 mdd. Además de los países ya mencionados, Israel, Reino Unido, Suiza, Alemania, India y Canadá son otros que se suman a la lista de países que ya tienen empresas de drones haciendo entregas de algún tipo de mercancía o desarrollando sus respectivos programas. 

FedEx, UPS y DHL, así como Boeing y Airbus tienen sus propios programas de desarrollo. Esta última empresa operó exitosamente drones en el puerto de Singapur en 2019, entregando refacciones a barcos hasta tres kilómetros de distancia de manera rápida y hasta 90% más barato.

En nuestro país, la situación -o la regulación- no es tan clara. Limitantes como la distancia segura de helipuertos y el sobrevuelo de zonas pobladas para drones pesados restringen las zonas de maniobra. Pero a pesar de la adversidad, durante la pandemia vimos a Sincronía Logística operar sus drones exitosamente cientos de veces, transportando mercancía del sector salud a un hospital de Querétaro.

Uno pensaría que a estas alturas (incluso después de haber estado en confinamiento durante largo tiempo), ya deberíamos tener drones mensajeros volando por todos lados, entregándonos nuestras tortas calientes y la coca bien fría. Nuevas tecnologías como drones solares, que duran 64 días volando (Zephyr de Airbus), o de propulsión iónica, sin hélices y más silencioso (Silent Ventus), prometen muchas áreas que explorar; mientras que la compañía de drones cargueros Natilus ofrecerá una versión transatlántica que podrá cargar más de 100 toneladas, será 60% más barata y 50% menos contaminante que un avión, características que prometen revolucionar la industria.

 

*Sebastián Pinelli es consultor de la industria aérea y aeronáutica, con una trayectoria de más de 20 años en el sector, especialista en Control de Tránsito Aéreo, Carga y Manejo de Mercancías Peligrosas.

 

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