El Comité de Transporte e Infraestructura de la cámara de los representantes del Congreso de los Estados Unidos concluyó que la presión en costos, calendario y producción en masa de Boeing disminuyó la seguridad en la familia de aviones Boeing B737 MAX. Estos aviones se vieron involucrados en dos accidentes, que dejaron un saldo de 346 personas fallecidas.
En la investigación preliminar, el Comité apuntó la existencia de cinco temas centrales que afectaron el diseño, desarrollo y certificación del Boeing 737 MAX: presión en la producción, suposiciones erróneas, cultura de secrecía, conflictos de intereses y la influencia de Boeing sobre la vigilancia de la FAA.
De igual forma, la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos falló en sus responsabilidades de supervisión para comprobar la seguridad del público viajero que abordara las aeronaves MAX, indicó el Comité. Desde el 13 de marzo de 2019, la familia de aviones MAX se encuentra en tierra.
“El objetivo comercial de Boeing para el 737 MAX era construir una aeronave que no requiriera entrenamiento en simulador para los pilotos que ya comandaban aviones B737 NG. Esta directiva jugó un rol clave en cambiar la perspectiva de Boeing hacia los costos y la competitividad, dejando de lado la seguridad” indicó el estudio.
La “presión financiera” era muy fuerte en Boeing, que buscaba competir con el programa A320neo de Airbus. Esto también derivó en que la compañía estadounidense tratara de recortar extensamente sus costos y evitar a toda costa reducir la línea de producción del avión 737 MAX.
Esto a su vez también provocó que la compañía hiciera inferencias erróneas, principalmente con el softare MCAS, responsable de los dos accidentes, ocurridos en octubre de 2018 y marzo de 2019.
“Boeing falló en clasificar al MCAS como un sistema de seguridad crítico, lo que habría hecho que éste fuera revisado mucho más a detalle durante la certificación.”
Sin embargo, la FAA también es responsable de los errores producidos durante la certificación y producción de la familia MAX, concluye la investigación. “Hay casos documentados en los que la administración de la FAA contravino las conclusiones de los propios técnicos expertos de la FAA, a pedido expreso de Boeing.”
“Estos temas recurrentes dejan ver una imagen perturbadora del desarrollo y producción de la familia 737 MAX de Boeing y la capacidad de FAA para proveer de una supervisión apropiada del programa. Estos temas deben ser corregidos por ambas instituciones, para eliminar las malas prácticas de certificación que han surgido” se señala en el documento.
Ante esto, el Comité concluyó que Boeing debe crear y mantener una cultura efectiva y vigorosa de seguridad y que la FAA debe desarrollar una certificación más agresiva y una estructura de supervisión que asegure los diseños seguros de aeronaves, además de construir nuevamente la confianza del público viajero.
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