La Administración Federal de Aviación (FAA) estaría considerando poner nuevos requisitos de seguridad para algunos aviones B777 impulsados por motores Pratt & Whitney, luego de que una de estas unidades de United Airlines presentara en febrero una falla en vuelo y perdiera partes del motor sobre una zona residencial en los Estados Unidos. Los aviones del transportista estadounidense no volarían antes del próximo año.
De acuerdo con el diario The Wall Street Journal, el regulador está considerando la posibilidad de que se ordene una inspección adicional a las álabes del motor, así como la realización de una modificación, propuesta por Boeing, destinada a evitar que las cubiertas del motor se rompan en caso de que un álabe de la turbina se dañe durante el vuelo.
Por su parte, la FAA aún no ha determinado qué medidas de seguridad adicionales podría requerir este jet antes de que vuelva al servicio. No obstante, en mayo, la FAA ordenó a Boeing y al fabricante de motores Pratt & Whitney, reforzar los motores PW4000 instalados en los aviones B777-200.
El incidente de United ocurrió el pasado 20 de febrero, poco después de que un B777-200 despegara desde Denver, Colorado, con dirección a Honolulu, Hawái. Tras unos minutos de vuelo, el avión presentó una falla de motor y varias partes de éste cayeron, impactando casas y calles; no hubo lesionados ni en el aire ni en tierra.
United es el mayor operador de estos aviones, con 52 unidades. Otras de las compañías que tienen este vehículo en sus flotas son las aerolíneas japonesas All Nippon Airways y Japan Airlines, junto con los transportistas surcoreanos Korean Air y Asiana.
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