Luego de 13 años y 292 órbitas recorridas alrededor de Saturno para estudiar varios aspectos de este planeta –como sus sistemas de satélites naturales y los enigmáticos anillos–, la sonda espacial Cassini se prepara para el acto final de su misión, con una zambullida épica dentro del séptimo orbe del sistema solar.
El "clavado" final tuvo lugar alrededor de las 6:55 de la mañana (hora del centro de México), cuando el complejo de antenas Deep Space Network de la NASA en Canberra, Australia, recibió en la Tierra la última señal de Cassini al entrar a la atmósfera saturnina.
A bittersweet farewell to a mission that changed our view of the solar system: https://t.co/h01rZn8mvY #GrandFinale #GoodbyeCassini #Cassini pic.twitter.com/2OvOVQ9f9K
— CassiniSaturn (@CassiniSaturn) September 15, 2017
Último paseo (Fuente: @CassiniSaturn - Twitter).
No obstante su inminente destrucción (su combustible se está agotando, por lo que se planeó una maniobra de ingreso atmosférico con una inclinación de 15 grados y a una velocidad de 35 km/s), el orbitador va a aprovechar el último trayecto de su viaje para recopilar datos del gigante gaseoso a la mayor proximidad posible.
Esta es “una oportunidad única para hacer ciencia nueva; se medirán detalladamente los campos magnético y gravitatorio de Saturno para entender su estructura interna”, afirmó Nicolas Altobelli, científico de proyecto Cassini-Huygens de ESA.
En su último sobrevuelo por los anillos, Cassini también medirá su masa para intentar dilucidar una de las cuestiones más persistentes de este planeta: si aquellos se formaron al mismo tiempo que Saturno o si son más jóvenes.
Principales descubrimientos
Fruto de la cooperación entre las agencias espaciales estadounidense (NASA), europea (ESA) e italiana (ASI), además de académicos e industriales europeos de 19 países, los datos recopilados por los 12 instrumentos científicos a bordo de la misión Cassini arrojaron varios hallazgos que permitieron una mejor comprensión de Saturno y su entorno.
Por ejemplo, el orbitador descubrió que las grandes tormentas en la atmósfera del planeta están condicionadas por la luz del Sol.
Asimismo, se pudo echar un vistazo a mundos nunca antes vistos como ocurrió con Titán y el módulo Huygens, primera sonda en aterrizar sobre un planeta del Sistema Solar exterior.
La integración de los datos de Huygens con las observaciones de radar de Cassini permitieron detectar lagos de metano y trazar su evolución con los cambios de estación. “Titán es el objeto más parecido a la Tierra, geológicamente”, apuntó Miguel Pérez Ayúcar, ingeniero de operaciones de Huygens.
Esta luna además fue fundamental para modificar las trayectorias de Cassini para estudiar otros satélites saturninos como Encélado, que quizá fue el que más sorprendió a los investigadores.
Altobelli explicó que ésta es una “luna helada activa”, y que el descubrimiento de géiseres en su polo sur llevó a un rediseño de la misión para tener más oportunidades de sobrevolarla y continuar observándola.
La observación de Encélado arrojó indicios de que este tipo de satélites helados podrían albergan formas de vida. “Hay actividad hidrotérmica en el fondo del mar bajo su corteza”, señaló Altobelli.
Este hallazgo puede compararse con lo que ocurre en las llamadas ventilas hidrotermales, en los lechos oceánicos de la Tierra, donde habitan organismos que no dependen de la luz del Sol sino de energía química.
El legado
Con el final de Cassini se cierran veinte años destinados al estudio de Saturno por parte de cientos de científicos pertenecientes a dos generaciones diferentes, aunque ello no quiere decir que su legado vaya a terminar ahí.
La próxima misión de la ESA a los gigantes gaseosos del Sistema Solar es JUICE, que volará a Júpiter y orbitará las lunas Ganímedes, Calisto y Europa y continuará con las investigaciones sobre la posibilidad de que las lunas heladas del Sistema Solar alberguen vida.
Fuente: ESA.
- Inicie sesión para enviar comentarios
Facebook comments