
Pablo Chávez y Ulises Gutiérrez
Debido a las “malas decisiones” tomadas durante la administración anterior, México enfrenta actualmente una nueva crisis en su sector aeronáutico, además de que persiste una cierta “desconfianza” del Gobierno estadounidense hacia la autoridad aérea mexicana, coincidieron especialistas en aviación.
Y es que este sábado pasado, el secretario de Transporte de Estados Unidos, Sean P. Duffy, anunció una serie de medidas hacia las aerolíneas mexicanas, como que las aerolíneas mexicanas estarán obligadas a presentar el itinerario de todas sus operaciones al Departamento de Transporte (DOT) de Estados Unidos, así como retirar la inmunidad antimonopolio al acuerdo conjunto entre Delta y Aeroméxico.
Entrevistados por separado por A21, Rosa María Montero Montoya, abogada especializada en Derecho Aeronáutico, explicó que “lamentablemente enfrentamos una nueva crisis para la aviación mexicana que se gestó desde que el Gobierno mexicano tomó medidas unilaterales sin considerar el costo y repercusiones que podrían generarse, por los efectos a la competitividad regional”.
Indicó que Estados Unidos envió comunicados a la autoridad mexicana manifestando su inconformidad de “cerrar” el AICM a las operaciones cargueras, dando un plazo breve para la reubicación de los vuelos, sin justificar dicha acción de manera clara.
En ese sentido, Juan Carlos Machorro, socio de la consultoría Santamarina & Steta, dijo que esto no es un tema nuevo, ya que en la administración del presidente estadounidense, Joe Biden, el Departamento de Transporte de Estados Unidos (DOT, por sus siglas en inglés) manifestó los “supuestos incumplimientos” del Gobierno mexicano por la decisión de reducir los slots en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
Así como el de pasar, por decreto, la aviación de carga hacia el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), pero como se atravesó el proceso electoral estadounidense, no se dio seguimiento al tema.
Montero Montoya puntualizó que la autoridad mexicana sólo ha respondido que estas medidas se tomaron con el objetivo de fortalecer la seguridad, hacer más eficiente y competitivo al Sistema Aeroportuario Metropolitano.
“De las acciones tomadas por el Gobierno norteamericano, desprendemos que la respuesta del Gobierno mexicano no es satisfactoria y adecuada. Las órdenes expedidas por el DOT -Docket DOT-OST-2025-0436/ Docket DOT-OST-2025-0435 y Docket DOT-OST-2015-0070- van dirigidas a las aerolíneas mexicanas con operaciones a los Estados Unidos, notificándoles las acciones que deberán acatar para para futuras operaciones.
“Y, en el caso, de la operación conjunta Delta-Aeroméxico, les inicia el proceso show-cause order para analizar la conveniencia de renovarla, a la luz de las acciones unilaterales del Gobierno mexicano, particularmente la imposibilidad de ejecutar eficientemente los acuerdos interlineales en el AICM y la reducción de slots, que han afectado y amenazan con continuar afectando la competitividad de las aerolíneas norteamericanas”, dijo.
La especialista en temas legales de aviación puntualizó que, con esto, se lesiona el legítimo interés de ese Gobierno -el estadounidense- de mantener una relación bilateral que honre el principio de oportunidades justas e iguales para competir en el mercado, lo que evidencia que con dichas acciones unilaterales.
Indicó que el Gobierno mexicano ha cancelado las condiciones de competencia justa en el mercado. Al igual que con la degradación a la Categoría 2, ahora las aerolíneas mexicanas resentirán los efectos de la toma de decisiones sin consultar ni a la industria nacional ni a los socios comerciales -en este caso, el Gobierno de Estados Unidos-, sin medir las consecuencias económicas que se provocarían.
Puntualizó que, de nueva cuenta, la autoridad aeronáutica mexicana evidencia su falta de planeación que hace difícil poder justificar y proponer soluciones aceptables en el corto y mediano plazo.
Por ello, aseveró, resulta necesario que la autoridad aeronáutica mexicana convoque a las aerolíneas nacionales afectadas por las órdenes del DOT, para evaluar el efecto de estas y, ahora sí, considerar sus planteamientos, para conformar una agenda de negociación que, por un lado, atienda de manera puntual las objeciones del DOT, que se explican en las órdenes, y por el otro, presentar las peticiones de las aerolíneas mexicanas.
Con el fin, sostuvo, de tratar de recuperar el entorno de cooperación y entendimiento mutuo que se había construido desde 1960, mediante las distintas adecuaciones al Convenio Bilateral original y que, lamentablemente se rompió en 2022.
Pareciera que EU pierde confianza
Por su parte, Juan Carlos Machorro, socio de la consultoría Santamarina & Steta, comentó que ante la respuesta que ha dado el Gobierno mexicano -saturación del espacio aéreo, así como de los edificios terminales, mover la carga al AIFA y mejora de la infraestructura del AICM- se desprende que hay un problema de comunicación.
Indicó que el Gobierno de Estados Unidos argumenta que llevan tres años esperando una respuesta de su contraparte mexicana y ésta sólo ha señalado que las medidas tomadas -disminución de slots – fueron para evitar la saturación.
El abogado comentó que incluso, existe una cierta desconfianza del Gobierno de Estados Unidos, pues la autoridad mexicana argumentó que la reducción de los slots en el AICM sería “temporal”, pero pareciera que son “permanentes”; por ello, aseveró, se debe hacer un trabajo de acercamiento entre las autoridades de ambos países.
Machorro sostuvo que la reducción de los slots en el AICM no se llevó a cabo con la metodología y rigor que debe existir, por lo que el Gobierno mexicano debe actuar con menos carga ideológica y política en la toma de estas decisiones.
Caso Delta-Aeroméxico
Tanto para Machorro, como para Carlos Torres, especialista en temas de aviación, Aeroméxico sería la más afectada si se revocara la alianza que tiene con Delta Airlines.
Torres señaló que el Gobierno mexicano debe acreditar los beneficios que ha generado esta alianza para las dos aerolíneas; además de que la autoridad nacional debe probar que no han sido afectados los intereses de las aerolíneas estadounidenses.
El especialista indicó que el mercado internacional aéreo de México está dominado por Estados Unidos, ya que el 70% de las operaciones corresponden a ese país; es decir, 7 de cada 10 vuelos tienen como destino esa nación, afirmó.
Comentó que, de acuerdo con cifras de 2024, se concluyó con más de 40 millones de pasajeros entre los dos países, lo que significó 10 millones más a la cifra previa a la pandemia del Covid-19.
Si bien finalizar esta alianza no significaría la desaparición de las rutas, sí generaría afectaciones proporcionales a la relevancia que tiene el mercado nacional, comentó.
En ese sentido, Machorro mencionó que de acuerdo con lo dicho por el DOT, si no se llega a un acuerdo, el 25 de octubre próximo podría darse por terminada esta alianza.
Llaman al diálogo
Por su parte, la Cámara Nacional de Aerotransportes (CANAERO), hizo un llamado al diálogo técnico y constructivo, tras la reciente comunicación emitida por el DOT.
Este organismo, que integra a 40 miembros, agrupando aerolíneas nacionales internacionales, empresas cargueras, taxis aéreos y prestadores de servicios a nivel nacional, señaló que las medidas anunciadas por el Gobierno de Estados Unidos representan un alto impacto para la industria aérea, con posibles repercusiones en la conectividad, el flujo comercial y la competitividad del sector entre ambas naciones.
“Ante ello, consideramos indispensable avanzar hacia soluciones conjuntas, con base en el diálogo y la cooperación. Reconocemos que las acciones adoptadas por el Gobierno de México han respondido a criterios de seguridad, eficiencia operativa y mejora de la infraestructura aeroportuaria metropolitana, como parte de una estrategia integral para garantizar el desarrollo del sector”, expresó.
Por ello, desde CANAERO se hace un llamado respetuoso para impulsar mecanismos de comunicación, coordinación técnica e institucional que permitan atender las preocupaciones planteadas por el Gobierno de Estados Unidos, preservando la cooperación bilateral y evitando afectaciones mayores a la industria.
Además se destaca que este esfuerzo debe priorizar en todo momento a los pasajeros, la conectividad, así como al desarrollo económico y social entre ambos países, buscando un crecimiento equitativo y justo para el sector.
Por su parte, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, por sus siglas en inglés) instó a los gobiernos de México y Estados Unidos a entablar un diálogo directo que permita resolver los problemas actuales relacionados con el acuerdo bilateral de servicios aéreos entre ambos países.
Recordó que el DOT emitió, el 19 de julio, una declaración en la que señala lo que considera un abuso del acuerdo actual y prácticas anticompetitivas.
“El mercado de la aviación entre Estados Unidos y México es uno de los mayores del mundo entre países vecinos y un motor clave para ambas economías. Esperamos que ambas partes entablen un diálogo directo entre gobiernos para buscar soluciones equilibradas y constructivas para todos los implicados”, declaró Peter Cerdá, vicepresidente Regional de IATA para las Américas.
IATA ha mantenido contacto con las autoridades mexicanas durante muchos años, promoviendo la adhesión a las Directrices Mundiales sobre Franjas Horarias Aeroportuarias (WASG), aceptadas a nivel mundial. Este trabajo sigue siendo prioritario, dado que varios aeropuertos del país, especialmente el AICM siguen enfrentándose a limitaciones de capacidad.
La cadena de valor de la aviación en general, incluyendo el gasto de los empleados y las actividades turísticas, contribuye con un total de 88.3 mil millones de dólares al Producto Interno Bruto de México (4.8%) y respalda 1.8 millones de empleos.
De este total, el sector de la aviación, incluidas las aerolíneas, los operadores aeroportuarios y negocios en las instalaciones, los proveedores de servicios de navegación aérea (ANSP) y los fabricantes, emplea directamente a 202 mil 600 personas en México, generando unos 33.300 millones de dólares de producción económica, equivalente al 1.9% del PIB total.
Niega Sheinbaum motivo para sanciones
Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, sostuvo que no hay motivo para que el Gobierno de Donald Trump sancione a las aerolíneas mexicanas por retirar slots en el AICM a operadoras estadounidenses y trasladar la carga al AIFA.
“No hay razón alguna para que tenga que haber una sanción y la decisión de hacer el aeropuerto en Santa Lucía fue una muy buena”, expuso en su conferencia matutina de este lunes.
La mandataria agregó que, si bien hubo un comunicado del Departamento de Transporte de Estados Unidos advirtiendo las medidas, su Gobierno no ha recibido una notificación oficial, la cual seguramente llegará esta semana y revisarán.
Sheinbaum Pardo calificó el traslado de la carga al AIFA como una “decisión soberana”, respaldada por estudios técnicos.
“Cuando están ya el AICM y AIFA (2022) se hace una valoración de qué tiene que irse al AIFA y en esa valoración se decide, entre otras cosas, que la carga dedicada se vaya (…) y además que se reduzcan los vuelos en el AICM, que era el objetivo de construir un nuevo aeropuerto, que disminuya la saturación de la ciudad para que se vaya a Santa Lucía”, relató.
Si bien en un inicio hubo algunas quejas por parte de empresas de Estados Unidos por el poco tiempo que se les dio para mudarse, – 108 días tras una prórroga – la mayoría vio con buenos ojos el cambio de terminal.
Cabe señalar que las aerolíneas de carga de EU FedEx Express y UPS Airlines aprobaron las represalias tomadas por Trump en contra de México por ordenar su expulsión en 2023 del AICM.
Finalmente, la presidenta comentó que si hay alguna duda o aclaración se pueden entablar mesas de trabajo con la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transporte, la Secretaría de Defensa, que administra al AIFA, o la Secretaría de Marina, que opera el AICM.







