El éxito de las principales aerolíneas de América Latina dependerá más de factores externos fuera de su control a una buena gestión por parte de sus directivos o una estrategia sólida, afirmó John Grant, analista en jefe de la consultora de datos aéreos OAG.
Uno de los ejemplos de factores externos que citó el especialista en un artículo es la competencia con las operadoras internacionales como American, United o Iberia, las cuales tienen una sólida red de conexión.
Para aerolíneas latinoamericanas es inviable sostener vuelos directos a destinos secundarios tanto en Estados Unidos como Europa, mismos que ya tienen una sólida red por parte de las empresas locales.
Por ejemplo, Iberia, aprovechando su hub en Madrid, se ha beneficiado de fuertes flujos de conexión desde ciudades como Ginebra, Málaga, Viena o Berlín.
“La fragmentación del mercado no es nueva, pero claramente favorece a los mega hubs y explica por qué las aerolíneas que los tienen están mejor posicionadas”, comentó Grant.
La capacidad limitada de mercados regionales para desarrollar es otro desafío, en particular para Sudamérica. La parte sur de esta zona cuenta con solo cinco mercados continentales y el 95% de toda la capacidad internacional se opera únicamente dentro de la región, lo que genera un mercado extremadamente competitivo. En la parte norte el porcentaje es del 86%.
“En ambos casos, la alta dependencia de los mercados regionales locales ejerce presión sobre las aerolíneas, lo cual se refleja en la reducción del número de compañías que operan servicios internacionales en estas regiones”, expuso el especialista.
Otro punto en contra de las aerolíneas de América Latina es el poder del dólar, divisa con la cual se cubren gran parte de los costos operativos como el arrendamiento de aviones o el combustible. Esto cobra relevancia cuando se considera que los ingresos se generan en monedas locales, las cuales casi siempre se deprecian frente a la de Estados Unidos.
En el último año, el peso argentino perdió 33% de su valor, elevando exponencialmente los costos operativos para las aerolíneas del país, en un entorno donde las tarifas son poco flexibles.
Grant comentó que ante este panorama las fusiones transfronterizas han surgido como una vía para construir redes más grandes y eficientes, siendo la unión de LAN (Chile) y TAM (Brasil), para hacer LATAM, y Avianca (Colombia) y TACA (El Salvador), que mantuvo el nombre de la primera, algunos ejemplos.
Ambas aerolíneas se acogieron al Capítulo 11 en Estados Unidos durante la pandemia y han emergido con nuevas estrategias y estructuras de capital, pero el riesgo de recaer siempre está presente, especialmente si factores externos —como el precio del combustible o la presión cambiaria— se tornan adversos.
De acuerdo a una evaluación de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) de América Latina, el mercado puede lograr en el 2025 una ganancia neta de 1,1000 millones de dólares (mdd), lo que equivale a 3.40 dólares por pasajero y si este resultado se concreta las pérdidas acumuladas desde la pandemia rondarán los 20,300 mdd.
A pesar de la vulnerabilidad del mercado, Boeing publicó que en la región hay un crecimiento de la clase media, la cual ya representa el 40% de la población, cifra que se espera siga creciendo y con ello impulsará la expansión del modelo de aerolíneas de bajo costo.
Para respaldar este incremento, el fabricante estadounidense prevé la necesidad de 2,100 aviones de pasillo único adicionales en los próximos 25 años, de los cuales 57% serán para crecimiento del mercado.
“Lamentablemente, el éxito futuro de las principales aerolíneas latinoamericanas probablemente dependerá de factores fuera de su control, sin importar lo talentoso que sea su equipo directivo o lo sólida que sea su estrategia. Tal es la influencia de estos factores externos que incluso las empresas mejor gestionadas pueden enfrentar grandes obstáculos y eso sin contar la intensa presión competitiva. Ojalá estemos entrando en un periodo de bonanza para estas aerolíneas y el mercado en general, pero si la historia sirve de guía, en algún momento será necesario volver a pensar de manera creativa”, finalizó Grant.