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18/12/2024

Grupos aeroportuarios

Gonzalo Carrasco / Miércoles, 19 Junio 2024 - 01:00

Los grupos aeroportuarios que existen en nuestro país hasta ahora son, tres particulares, a saber, Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP) administrando once aeropuertos, Grupo aeroportuario del Sureste (ASUR) que administra ocho aeropuertos y Grupo Aeroportuario Centro Norte (OMA) que ministra trece aeropuertos; Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, hasta ahora tres aeropuertos, un grupo que pertenece a la SEDENA otro que pertenece a la MARINA, aparte de uno que se está creando y que maneja, entre otros negocios, el aeropuerto de Tepic. Los grupos particulares tienen concesionados a los aeropuertos que más reditúan, me refiero a ASUR, OMA y GAP. El negocio que están haciendo es enorme, operan bajo un esquema de programas maestros de desarrollo y es en estos donde se indica la inversión que aplicarán a la luz de los propios planes de desarrollo. Las reglas están perfectamente definidas y periódicamente se verificará la inversión que se está ejerciendo, el revisar planos no es sencillo, tienen protocolos diseñados para esto ya que la información es sensible y se puede prestar a malas interpretaciones que pudieran, en un momento dado, afectar los planes.

Antiguamente los aeropuertos eran manejados por el gobierno, se hacía mediante una empresa paraestatal que poco podía revisar de las inversiones, aparte de que perdían carretadas de dinero, se prestaba a malos manejos, se daba un mal servicio a los usuarios y, como no abrían los planes de inversión al público entonces se aprobaban cosas que poco servían a México. Costaba, la paraestatal que manejaba los sesenta y cuatro aeropuertos o los que en esos tiempos existían, una cantidad estratosférica de recursos que se perdían en las cuentas que hacía el gobierno y el servicio era pésimo. Cuando los presupuestos significaban grandes cantidades de dinero, nada pasaba, como la opinión de los usuarios poco importaba pues seguían los atrasos en materia de inversión para conservación de los servicios aeroportuarios y en la construcción de nuevas instalaciones. Por supuesto que se necesitaban inversiones enormes y constantes, existía una especie de “tú haz como que arreglas y construyes aeropuertos y yo hago como que te pago”, esto se tradujo en aeropuertos que se encontraban muy alejados de lo que se requería, por decir lo menos.

Hace no mucho tiempo el gobierno concesionó los aeropuertos, la mayoría, a particulares y los avances son evidentes, esto es constatable, sí es un negocio muy redituable, pero ha sido la única forma de tener aeropuertos que, si no gran nivel, sí un nivel aceptable con miras a mejorar. Los aeropuertos que les han asignado, tanto a la SEDENA como a la MARINA, son altamente deficitarios, son los que no quisieron manejar los particulares. Ahora bien, ¿Cómo hacerle para mantenerlos operables? Pues con inversiones asignadas al presupuesto de la nación, a pesar de que estos aeropuertos no son negocio deben ser operados y se cambia el esquema de negocio por el del servicio social. Igual sucede con el de la Ciudad de México que fue entregado a la MARINA en condiciones deplorables, con altos índices de inseguridad, con una situación financiera muy comprometida, con necesidades apremiantes de inversión en equipo de seguridad para cumplir con las celosas normas contenidas en publicaciones, nacionales e internacionales como la OACI. La necesidad de recibir aeronaves más modernas y de mayor envergadura, algunos más grandes hace necesario que se modifiquen las dimensiones de las pistas, el equipo de control de tránsito aéreo requiere modernizarse y son de muy alto valor y deben reemplazarse los que ya caducaron, esto significa muchos recursos y se tienen que invertir.

Las proyecciones de recepción de pasajeros son ambiciosas y eso es bueno porque con base en ellas es que se arman las necesidades de inversión, de ahí el crecimiento de los grupos aeroportuarios, contratación de personal y todo lo que apoyaría la supuesta inversión programada. Repitiendo un poco pero que vale la pena, en los aeropuertos que tienen mucha afluencia de pasajeros resulta menos difícil plantearse niveles de inversión de niveles importantes, los otros grupos, los que tienen que invertir, a través de presupuesto, en ampliación, modernización o conservación de las instalaciones. Es en esta parte donde resulta más difícil conseguir el recurso ya que dependería del nivel de interlocución del encargado de conseguir los fondos. 

Independientemente de si es la SEDENA o la MARINA, los aeropuertos necesitan inversión, no se le puede pedir a la MARINA que dé resultados si no se les apoya con inversión. Cuando las empresas troncales, ya sea Aeronaves de México o Mexicana de Aviación eran obligadas a operar con un sentido más social que comercial las cosas eran distintas, ahora no se les puede obligar a operar tal o cual aeropuerto si no les conviene y al disminuir o no tener las operaciones que se espera que tengan para comunicar a toda la ciudadanía y por lo tanto se comienza a generar una bola de nieve que hace que se acumulen grandes pérdidas. Ni hablar si queremos que todo el país se comunique y se logre un equilibrio creando zonas de inversiones sustantivas al desarrollar zonas especificas deberemos en pensar meterle dinero, lo que yo recomendaría es que se creen instituciones que auditen y vigilen que el dinero de todos los mexicanos se utilice en lo que se debe.

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