El Aeropuerto Roland Garros, en la Isla de Reunión, Francia, alcanzó el nivel 4 del Programa de Acreditación de Huella de Carbono en Aeropuertos (ACA).
El recinto se integró a la iniciativa en 2018, avanzó al nivel 2 en 2019 y al nivel 3 en 2020. Para 2023 logró reducir a la mitad las emisiones de carbono equivalentes generadas por sus operaciones y por el consumo eléctrico en comparación con los niveles registrados en 2014.
Este reconocimiento se relaciona con más de diez años de acciones en eficiencia energética. Entre las medidas adoptadas destacan la implementación de un sistema integral de gestión energética y la instalación de plantas fotovoltaicas de gran capacidad, que actualmente producen cerca del 30% de la electricidad utilizada en las instalaciones del aeropuerto.
La administración del aeropuerto trabaja también con sus socios comerciales para ampliar los esfuerzos de descarbonización en toda la cadena de valor.
Con este propósito, prepara la modernización de la infraestructura de almacenamiento de combustible con la meta de ofrecer combustible de aviación sostenible (SAF) a las aerolíneas a partir de 2030, en concordancia con los objetivos establecidos por la Unión Europea para el transporte aéreo.