
La aviación se está convirtiendo en víctima de su propio éxito, ya que el deseo de viajar incrementa el número de pasajeros. En lo que va de 2025, el volumen de viajeros se ha duplicado con respecto a 2024. Si bien esto es una buena noticia para el turismo, las finanzas públicas y el sector aéreo, procesar tal cantidad de personas está sometiendo a los aeropuertos a una gran presión. Y esto apenas empieza.
En dos seminarios web de alto nivel organizados por SITA, en los que participaron Catherine Mayer, participante activa del Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI) y Carlos Kaduoka, director de Operaciones de SITA, señalaron puntos para ser más eficientes y hábiles en la gestión del cambio y las expectativas es la tecnología.
En un momento en que la expansión de la infraestructura física implica cada vez más gastos de capital, la tecnología permite a los aeropuertos hacer más con el espacio disponible gracias a la aplicación de biometría, autoservicio, automatización y soluciones de inteligencia de datos impulsadas por inteligencia artificial (IA).
No sorprende que más del 50% de los 10 aeropuertos más importantes del mundo ya hayan iniciado su propio camino digital, muchas veces con el objetivo de mejorar la eficiencia, compensar la falta de recursos y obtener ventaja sobre la competencia.
Los aeropuertos regionales también están comprobando que la tecnología les brinda la flexibilidad necesaria para ampliar o reducir su capacidad según sea necesario. Las rutas estacionales —como los nuevos vuelos directos de Air Canada entre Montreal y Edimburgo solo en verano— se están volviendo cada vez más populares y deben ser atendidas. Al mismo tiempo, los conflictos geopolíticos exigen respuestas rápidas de las aerolíneas que vuelan a regiones afectadas.
En general, los aeropuertos equilibran sus necesidades a corto plazo (de uno a cuatro años) con objetivos a más largo plazo. Aunque la visión futura puede ser generar nuevas fuentes de ingresos en la próxima década o crear aeropuertos “sin estrés” donde cada punto de contacto sea fluido, en el presente la prioridad es acelerar (o eliminar) las filas y optimizar las operaciones sin sobrecargar al personal actual.
La identidad digital es otro factor clave. Sin ella, y sin la tecnología biométrica que la respalda, la visión de viajar sin pasaporte y con una experiencia “sin interrupciones” seguiría siendo un sueño. En India, este concepto ya es realidad: en los últimos 18 meses, más de 20 aeropuertos han implementado la plataforma Digi Yatra, que ha facilitado más de 45 millones de viajes y superado los 10 millones de usuarios activos.
“Lo más emocionante llegará cuando estas tecnologías transformen y redefinan a los aeropuertos como facilitadores de movilidad y ecosistemas de viaje”, aseveró Kaduoka.
Algunos de estos cambios podrían incluir servicios de Movilidad Aérea Urbana (UAM), como aeronaves eléctricas de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL), que ofrecerán vuelos de la ciudad al aeropuerto y servicios de taxis aéreos.
En Estados Unidos, United Airlines ya ha invertido en 200 eVTOL como parte de su visión de transporte aéreo ágil.
Sin embargo, el gran protagonista es la inteligencia artificial. El auge de la IA autónoma llevará a los aeropuertos más allá de la necesidad de intervención humana y abrirá la puerta a su evolución como interfaces de transporte hiperconectadas.
En Toronto, el modelado basado en IA se utiliza para predecir colas y sugerir asignaciones en tiempo real, lo que ayuda a optimizar el personal y reducir la congestión. El Aeropuerto Internacional de Miami ya aprovecha sensores del Internet de las Cosas y una IA centralizada para pasar del mantenimiento reactivo a un modelo predictivo en tiempo real que no solo gestiona retrasos, sino que los elimina por completo.
Cuando los aeropuertos logren recopilar datos de todos los programas que operan en su ecosistema, será posible gestionarlos de forma remota. Esto supondrá un ahorro importante y transformará el control del tráfico aéreo, la eficiencia operativa y la capacidad de adaptación.
A medida que los aeropuertos evolucionen hacia centros de movilidad completos, su desarrollo seguirá estando impulsado por la tecnología. El futuro de los aeropuertos no se construirá con concreto, sino con datos, colaboración y visión.







