El Aeropuerto Internacional de Sídney; Australia, refuerza su papel como referente ambiental al obtener el nivel 4 en el Programa de Acreditación de Huella de Carbono en Aeropuertos (ACA).
Esta distinción refleja su estrategia concreta para reducir la huella de carbono de sus operaciones, en línea con los compromisos establecidos por el Acuerdo de París. En ese marco, la administración del aeropuerto anunció el objetivo de alcanzar cero emisiones netas en los alcances 1 y 2 para 2030.
Una de las medidas más relevantes es el uso exclusivo de electricidad proveniente de fuentes renovables a partir de enero de 2025. Este cambio cubrirá la mayoría de las emisiones vinculadas a las operaciones del aeropuerto, específicamente el 93% correspondiente al Alcance 2.
Para complementar esta iniciativa, se instalará un sistema solar fotovoltaico en los techos de las terminales y se incorporarán tecnologías inteligentes para optimizar la climatización de los espacios. Además, se está reduciendo el consumo de gas natural y modernizando la flota de vehículos mediante opciones con bajas o nulas emisiones.
“Estamos trabajando estrechamente con aerolíneas, empresas de asistencia en tierra y Airservices Australia para mejorar la eficiencia operativa”, informaron voceros del aeropuerto.
Estas alianzas buscan incidir en las emisiones indirectas del Alcance 3, promoviendo ajustes en las maniobras de aterrizaje y despegue, y el uso de unidades de energía conectadas a tierra que reducen el consumo de combustible de las aeronaves en plataforma.
Como parte de su estrategia de innovación ambiental, Sídney también colabora con Qantas para analizar la importación y aplicación de combustible de aviación sostenible. Por otro lado, el aeropuerto habilitó un servicio especial para que los negocios arrendatarios puedan acceder a energía limpia en sus operaciones. Estas acciones reflejan un enfoque transversal que vincula infraestructura, tecnología y cooperación para acelerar la descarbonización del sector aéreo.