Salvador Illa, presidente de la generalidad de Cataluña, España, informó que se ha dado el visto bueno para que el gestor aeroportuario Aena lleve a cabo un proyecto de expansión en el Aeropuerto de Barcelona-El Prat por 3,650 millones de dólares (mdd).
La propuesta, que cuenta con el respaldo del Ministerio de Transportes de España, aborda la ampliación de la pista más corta del aeropuerto en 500 metros (de 2,660 a 3,160 metros) y la construcción de una nueva terminal en el borde noreste del perímetro, además las dos terminales existentes de pasajeros (T1 y T2) también serán renovadas.
El proyecto ahora debe someterse a un largo proceso de aprobación como parte del plan director de desarrollo del aeropuerto, cuya aprobación está prevista para 2028. De recibir luz verde, las obras podrían comenzar en 2030 y estar completadas para 2033.
La ampliación le permitirá a la terminal pasar de 80 operaciones por hora a 90 y manejar más de 70 millones de pasajeros por año.
Barcelona-El Prat tuvo su última ampliación en el 2009, cuando se abrió su principal terminal actual (T1), pero el crecimiento continuo de tráfico aéreo, de 30 millones en 2010 a 55 millones este año, hizo que las autoridades consideraran una nueva expansión.
La clave en el proyecto es la extensión de la pista secundaria del aeropuerto, la cual está junto al mar. La menor longitud en esta pista, sumada a restricciones operativas por ruido en la principal, actualmente limita el ritmo de las operaciones, especialmente en los despegues de aviones de fuselaje ancho completamente cargados.
La ampliación de la pista ha sido considerada durante varios años, pero ha enfrentado la oposición de grupos ecologistas, ya que implicaría afectar dos zonas de marismas protegidas.
El proyecto actual también ha generado controversia entre algunos sectores de la población local, que temen que el mayor flujo de personas alimente una dependencia excesiva de la economía local en el turismo, aumente la presión sobre los servicios públicos y el precio de la vivienda.