El sistema de contratrabes actual de la Terminal 2 (T2) del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) está trabajando sin tener apoyo del terreno natural soportando esfuerzos para los que no fue diseñado, convirtiéndose así en trabes, es decir el refuerzo de acero se encuentra trabajando en forma inversa al que fue diseñado.
De acuerdo a expertos entrevistados por este medio, hoy se hace evidente el daño ocasionado pues en la actualidad es posible observar agrietamientos importantes por cortante, es decir a 45º y deformaciones longitudinales en contratrabes, lo cual genera un alto riesgo a la estabilidad de conjunto de la T2.
Con el paso del tiempo, las fallas y problemas de la T2 del AICM son más visibles, actualmente hay sitios en los que se llegan a ver la exposición de más de 1.20 metros de los cuerpos de las pilas de cimentación y la totalidad de las contratrabes.
Carlos Smith Picco, experto en certificaciones de aeropuertos y director de la unidad de inspección en Amezcua, Lóyzaga, Smith y Asociados S.C. (ALSA) explicó que desde antes de que se suspendiera el proyecto del aeropuerto de Texcoco la T2 ya registraba fallas.
“Los desperfectos no son de ahora, son tiempo atrás y se van a seguir recrudeciendo porque está construido en una zona muy complicada, ya se sabía desde un principio, pero como se construyó como una terminal temporal, pues así se hizo”, aseveró.
Respecto a la auditoría que anunció Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, Smith Picco aseguró que lo único que se va a confirmar es que hay muchos problemas técnicos en esa zona, pero al mantenerse esa terminal, la situación se pondrá difícil.
“La decisión que se vaya a tomar es muy complicada, ojalá que la que se tome sea la mejor para los usuarios y para que no haya problemas”, afirmó.
Por su parte, Pablo Casas Liás, director del Instituto Nacional de Investigación Jurídico-Aeronáuticas (INIJA) aseveró que la T2 al día de hoy no representa ningún riesgo, ni pone en peligro la seguridad del pasajero.
“Si la 4T tiene otros datos y ellos tienen alguna información oficial de que está al borde del colapso, pues entonces deben parar la terminal inmediatamente en aras de la seguridad del usuario, pero al día de hoy son daños por la zona geográfica y por estar construida en un lago, por eso se dan los hundimientos diferenciales”, afirmó el abogado.
Explicó que están piloteados de diferente manera, “un edificio se hizo de una manera, otro de otra, pero es posible lidiar con ello”; agregó que lo que sí debe hacerse, es asignarle un presupuesto adecuado para que puedan realizar su correcto mantenimiento.
Desde 2010, la entonces Secretaría de Comunicaciones y Transportes realizó obras de renivelación debido al hundimiento de las seis estructuras y edificios que la conforman.
En 2013, Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) solicitó un estudio denominado Investigación para el control y rectificación geométrica de los asentamientos diferenciales para el Edificio Terminal 2, debido a que los trabajos de renivelación periódicos que se desarrollaron desde 2010 no fueron suficientes para garantizar su estabilidad frente a los hundimientos.
En la presente administración federal, la dirección del AICM solicitó un presupuesto cercano a los 200 millones de pesos para realizar 11 estudios de preinversión necesarios para enfrentar lo que describió como “daños estructurales” en ambas terminales.
El pasado miércoles, el presidente de México informó que encargó al Instituto de Ingeniería de la UNAM que realice un estudio para determinar el estado del inmueble y las recomendaciones a tomar para mantenerlo en operación.
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