El Ministerio del Medio Ambiente de Alemania reveló que, durante 2019, empleados y funcionarios del gobierno alemán incrementaron un 12% los vuelos de corta distancia respecto al año anterior, generando alrededor de 213 mil 942 toneladas de dióxido de carbono.
Durante 2019, los empleados gubernamentales realizaron un total de 265 mil 823 vuelos individuales, en comparación con los 238 mil 607 realizados en 2018, de los cuales 204 mil 692 fueron de corta distancia, considerados por activistas ambientales como particularmente nocivos para el medio ambiente.
La explicación al elevado número de traslados por parte de funcionarios es que algunas oficinas gubernamentales se encuentran alejadas entre sí, siendo recurrentes los viajes de Berlín, capital alemana, a Bonn, antigua capital de la Alemania Occidental.
De acuerdo con grupos ecologistas, la mayoría de esos viajes pudieron haberse evitado si existieran mejores conexiones en la red de trenes de Alemania. El trayecto de Berlín a Bonn se realiza en alrededor de 5 horas y media a través del transporte ferroviario.
Para compensar las emisiones de carbono, el Estado alemán compró certificados de CO2 a través del sistema de Comercio de Emisiones de la Unión Europea, con valor de alrededor de 1.7 millones de euros.
Recientemente, Alemania aprobó una legislación para frenar las emisiones de carbono para 2038 en un esfuerzo por mitigar el cambio climático.
Angela Merkel, canciller del Estado alemán, advirtió sobre los peligros del deterioro ambiental y enfatizó en que “se debe hacer todo lo que sea humanamente posible para detenerlo”.
