
La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), en colaboración con Worley Consulting, publicó un estudio que demuestra que existe suficiente materia prima sostenible para la producción de combustible de aviación sostenible (SAF) que permitiría a la industria aérea alcanzar emisiones netas cero (Net Zero) de CO2 para 2050.
El estudio señaló que todas las materias primas consideradas cumplen criterios de sostenibilidad estrictos y no implican cambios en el uso del suelo. También identificó obstáculos significativos para convertir esa materia prima en producción de SAF, el primero es el lento despliegue de tecnologías que permitirían producir SAF a partir de diversas fuentes. Actualmente, las únicas instalaciones de producción de SAF a escala comercial utilizan la tecnología HEFA, por ejemplo, transformando aceite de cocina usado en SAF.
El segundo es la competencia con otros sectores que también requieren esa materia prima. Las políticas públicas deben priorizar la asignación de biomasa a sectores difíciles de descarbonizar, como la aviación.
Las aerolíneas necesitarán 500 millones de toneladas (Mt) de SAF para alcanzar emisiones netas cero de carbono en 2050, según lo establecido en las Hojas de Ruta de Cero Emisiones Netas de IATA.
Esto puede lograrse a partir de dos fuentes principales: la primera es la biomasa, la cual tiene el potencial de producir más de 300 Mt de SAF de origen biológico anualmente para 2050. Parte de este potencial podría verse limitado por su uso en sectores competidores. Este potencial podría ampliarse liberando nuevas fuentes de materia prima o mediante mejoras en la eficiencia y el avance tecnológico durante las próximas décadas.
La segunda es el Power-to-Liquid (Electricidad a Líquido, PtL), que será necesario para alcanzar la meta de 500 Mt de SAF por año hacia 2050. Maximizar la producción rentable de SAF biológico reducirá la presión sobre el SAF sintético (e-SAF) para cubrir la brecha.
En todos los casos, para maximizar la producción de SAF será esencial mejorar las eficiencias de conversión, acelerar el despliegue tecnológico, optimizar la logística de materias primas e invertir en infraestructura que permita escalar las instalaciones comerciales en todas las regiones.
“Ahora tenemos evidencia inequívoca de que, si se prioriza la producción de SAF, la disponibilidad de materia prima no representa una barrera para la descarbonización de la industria. Existe suficiente materia prima sostenible para alcanzar emisiones netas cero en 2050. Sin embargo, esto solo se logrará con una aceleración significativa del crecimiento de la industria del SAF. Necesitamos empezar a construir ya”, declaró Willie Walsh, director general de IATA.
Entre los principales desafíos destacan mejorar la infraestructura de la cadena de suministro de materias primas, escalar fuentes novedosas que cumplan con criterios de sostenibilidad, y garantizar que las materias primas identificadas para producir SAF estén disponibles para la industria del transporte aéreo.
Acelerar el despliegue de tecnologías para habilitar nuevas rutas de producción de SAF, en particular PtL, lo que incluye acceso confiable a electricidad renovable de bajo costo, hidrógeno e infraestructura de captura de carbono, todos ellos componentes esenciales en la producción mediante PtL.
Lograr políticas gubernamentales coordinadas que fomenten la innovación e impulsen inversiones para crear un mercado de SAF plenamente funcional, desbloqueando nuevas oportunidades económicas.
Impulsar el liderazgo regional, con América del Norte, Brasil, Europa, India, China y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) identificados como actores clave en la producción global de SAF.
Y activar al sector energético para que invierta en capacidad de producción de SAF, apoye la comercialización de tecnologías y alinee sus estrategias empresariales con los objetivos globales de descarbonización.
Por su parte, Marie Owens Thomsen, vicepresidenta sénior de Sostenibilidad y economista en jefe de IATA, afirmó que el informe resalta las oportunidades locales y regionales que ofrece la producción de SAF para generar empleo, dinamizar economías y apoyar los objetivos de seguridad energética.
“Gobiernos, productores de energía, inversionistas y el sector de la aviación deben colaborar, reducir riesgos de inversión y acelerar el despliegue. La certeza política y la colaboración intersectorial son esenciales para alcanzar la escala necesaria. El momento de actuar es ahora: cualquier demora solo hará más difícil el desafío”, añadió.







