La Asociación Nacional de Aviación Ejecutiva (NBAA) celebró la aprobación en la Cámara de Representantes de Estados Unidos del proyecto de ley bipartidista Ley de Salud Mental en la Aviación (H.R. 2591), que busca mejorar el acceso de los pilotos a estos servicios de salud.
La iniciativa ordena a la Administración Federal de Aviación (FAA) revisar sus regulaciones sobre divulgación y tratamiento de condiciones de salud mental, actualizar políticas obsoletas y eliminar barreras que actualmente disuaden a los pilotos de buscar apoyo psicológico por temor a repercusiones profesionales.
“Nos alienta ver avances continuos en esta legislación tan importante, que combate el estigma y la desinformación en torno a la salud mental en la comunidad de pilotos de nuestro país. Es fundamental fomentar un entorno donde los pilotos puedan pedir ayuda sin temor, al tiempo que se fortalece la seguridad del público viajero”, expresó Ed Bolen, presidente y director general de la NBAA.
El proyecto también autoriza a la FAA a destinar casi 40 millones de dólares (mdd) en tres años para programas enfocados en eliminar el estigma sobre el cuidado de la salud mental. Asimismo, obliga a la agencia a implementar las recomendaciones del Comité de Reglamentación sobre Salud Mental y Certificación Médica Aeronáutica, en el que la NBAA representó los intereses de la aviación ejecutiva.
La participación de la NBAA en este proceso es parte de su compromiso histórico con el bienestar mental en la aviación ejecutiva y el sector aeroespacial en general. La asociación también colabora activamente con la Campaña de Salud Mental para Pilotos, un esfuerzo no partidista y de base ciudadana para promover cambios legislativos en la forma en que se manejan estas cuestiones dentro de la industria.
Bolen agradeció especialmente a los congresistas que presentaron el proyecto de ley: Sean Casten (D-IL-06), Rick Larsen (D-WA-02), Tracey Mann (R-KS-01) y Pete Stauber (R-MN-08), así como a los 37 copatrocinadores adicionales que respaldaron la iniciativa antes de su votación en la Cámara.
La legislación pasará ahora al Senado de Estados Unidos para su análisis y eventual aprobación.