Collins Aerospace, una unidad de RTX Corporation, participa en investigaciones relacionadas con estructuras avanzadas, como parte del esfuerzo por transformar la manufactura aeronáutica.
Mientras la industria aeronáutica analiza qué tipo de aviones desarrollar para las próximas décadas, el enfoque también se dirige hacia los motores, alas plegables, materiales avanzados y nuevos procesos de diseño y producción.
Collins Aerospace tiene sus orígenes en las empresas Hamilton-Sundstrand y B.F. Goodrich Aerospace, que fueron adquiridas por United Technologies, hoy conocida como RTX. Actualmente, Collins se enfoca en tres áreas principales: aeroestructuras, sistemas de aterrizaje y controles de hélices y cabina.
Jim McNerney, quien dirigió Boeing entre 2005 y 2015, señaló en diversas ocasiones que el siguiente avión de la compañía dependerá tanto de las capacidades de producción como del diseño. La fabricación de un nuevo modelo que sustituya al 737, con materiales compuestos o termoplásticos, requiere alcanzar una producción mensual de entre 60 y 80 unidades, algo que no es viable con procesos tradicionales como el autoclave. Boeing y la NASA investigan nuevas técnicas para lograr estos niveles de eficiencia.
Airbus también estudia tecnologías similares en colaboración con empresas de la Unión Europea. La compañía expresó que podría lanzar un nuevo programa de aeronaves en 2030, con el objetivo de reemplazar al A320 hacia 2038.
Boeing, en tanto, avanza con un plan paralelo, orientado al desarrollo de un avión dentro del segmento New Midmarket Airplane (NMA). El reto común para ambos fabricantes será contar con procesos de producción listos cuando decidan iniciar la fabricación de estas nuevas generaciones de aviones.