El presidente Donald Trump anunció un acuerdo económico histórico con Japón, uno de los aliados más cercanos de Estados Unidos y uno de sus socios comerciales más importantes.
En el acuerdo donde Japón invertirá 550 mil millones de dólares (mdd), dirigidos por Estados Unidos, para reconstruir y expandir industrias clave, destaca que el país de oriente se comprometió a adquirir aeronaves comerciales fabricadas en Estados Unidos, incluyendo un acuerdo para comprar 100 aviones Boeing.
Además de que se sumarán miles de mdd anuales en compras adicionales de equipamiento de defensa estadounidense, fortaleciendo la interoperabilidad y la seguridad de la alianza en la región del Indo-Pacífico.
En un comunicado de la Casa Blanca, se precisa que durante décadas, las empresas estadounidenses han enfrentado barreras para acceder al mercado japonés, por lo que este acuerdo abre oportunidades sin precedentes en sectores clave como agricultura y alimentos, energía, manufactura y aeroespacial, así como de automóviles y bienes industriales.
Entre los acuerdos, Japón aumentará de inmediato las importaciones de arroz estadounidense en un 75%, con una ampliación importante de los cupos de importación; y comprará 8,000 mdd en productos estadounidenses, incluidos maíz, soya, fertilizantes, bioetanol y combustible sostenible de aviación (SAF).
Además se ampliarán significativamente las exportaciones de energía de EU hacia Japón; ambos países están explorando un nuevo acuerdo de compraventa (offtake agreement) para gas natural licuado (GNL) proveniente de Alaska.
Y se abrirá el mercado a una gama más amplia de bienes industriales y de consumo, generando condiciones equitativas para los productores estadounidenses.
Este acuerdo histórico refleja la solidez de la relación entre Estados Unidos y Japón, así como el reconocimiento por parte de Japón de que Estados Unidos es el destino más atractivo y seguro del mundo para inversiones estratégicas.
El acuerdo reafirma el compromiso compartido de ambas naciones con la prosperidad económica, el liderazgo industrial y la seguridad a largo plazo, además de envíar una poderosa señal de que la alianza Estados Unidos–Japón no solo es un pilar de la paz en la región del Indo-Pacífico, sino también un motor de crecimiento e innovación a nivel mundial.
Este acuerdo marca una nueva etapa en la cooperación bilateral: una que liberará todo el potencial de la economía estadounidense, fortalecerá cadenas de suministro críticas y respaldará a trabajadores, comunidades y empresas estadounidenses durante décadas.
Al alinearse con este marco, Japón reafirma la fortaleza y el respeto mutuo en la relación económica con Estados Unidos, y reconoce la importancia de un comercio duradero basado en la equidad.