KLM Royal Dutch Airlines implementó con éxito su sistema “Taxibot” en el vuelo de pasajeros desde el aeropuerto Schiphol de Ámsterdam el pasado 10 de diciembre.
De esta manera, un Boeing 737 de KLM fue remolcado desde la puerta de embarque hasta la pista Polderbaan por este vehículo terrestre, permitiendo que la aeronave mantuviera sus motores apagados hasta el momento del despegue.
Este avance representa un hito en los esfuerzos de KLM por reducir las emisiones de carbono y mejorar la calidad del aire en el aeropuerto.
La aerolínea explicó que al utilizar un Taxibot, los motores de los aviones pueden permanecer apagados hasta la salida. Esto contribuye a mejorar la calidad del aire y a reducir el ruido en la plataforma.
El Taxibot es una grúa semirrobótica que forma parte de una tendencia creciente en la industria aeronáutica hacia operaciones en tierra más respetuosas con el medio ambiente.
Este vehículo ayuda a minimizar las emisiones de partículas, CO2 y óxidos de nitrógeno (NOx), mientras reduce la contaminación acústica al mantener los motores apagados durante el rodaje.
En mayo de 2020, KLM realizó pruebas iniciales con el Taxibot utilizando un Boeing 737 en el aeropuerto de Schiphol, como informó anteriormente el portal Simple Flying. Estas pruebas demostraron que el Taxibot podría ofrecer una opción más respetuosa con el medio ambiente que las técnicas de rodaje convencionales, al reducir drásticamente las emisiones.
El reciente vuelo marca un evento histórico, ya que es la primera vez que KLM usa el Taxibot en un vuelo comercial de pasajeros.
El funcionamiento del Taxibot es innovador, ya que, aunque se asemeja a un remolcador de aeropuerto tradicional, es controlado por el piloto del avión durante el rodaje. KLM explica que el Taxibot se conecta al avión en la puerta de embarque y lo lleva hasta la pista, donde el piloto desconecta el vehículo y enciende los motores para el despegue.
Además de reducir las emisiones, el uso del Taxibot preserva la vida útil del tren de aterrizaje de morro, sometiéndolo a menos tensiones. También disminuye la contaminación acústica en la plataforma del aeropuerto.
La tecnología permite que los aviones se desplacen a velocidades de hasta 23 nudos sin necesidad de motores en funcionamiento, mejorando la eficiencia operativa y suponiendo un ahorro significativo de combustible y costos de mantenimiento.
