La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) hizo un llamado al Gobierno de Chile, por medio de sus Ministerios de Defensa y Hacienda, para que tomen las medidas inmediatas y necesarias que permitan poner fin a las movilizaciones que iniciaron este 13 de noviembre, más de una decena de sindicatos de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) en todos los aeropuertos de ese país.
Esta medida, hasta ahora indefinida, estaría impactando, con demoras e incluso cancelaciones y solo durante esta jornada, unos 350 vuelos y en consecuencia, pudiendo llegar a afectar a unos 60 mil pasajeros por día.
La Asociación de Trabajadores Operativos y Fiscalizadores de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) argumentan el incumplimiento de un acuerdo alcanzado con el Gobierno, es decir por la exclusión de un bono de fiscalización en el presupuesto 2025. Lo que consideran es una falta de compromiso por parte de las autoridades.
La medida de presión implica que los trabajadores se apegarán estrictamente a la norma, sin el sobreesfuerzo que usualmente aplican por vocación.
El organismo internacional informó que la ralentización de los procesos aumentó de manera considerable los tiempos de separación entre vuelos, provocando demoras de en promedio tres horas, de los cuales 60% son pasajeros de vuelos nacionales y el 40% restante de internacionales.
“Ante estas disrupciones, que son ajenas a la responsabilidad de las aerolíneas, a fin de evitar que más pasajeros, el turismo y el comercio del país continúen siendo afectados por acciones que atentan contra el normal desenvolvimiento de las operaciones aéreas, esperamos que este conflicto se resuelva lo antes posible”, señaló Peter Cerdá, vicepresidente Regional de IATA para las Américas.
Agregó que la aviación es un medio de transporte esencial para la movilidad de las personas, la conectividad y el desarrollo social y económico de Chile, por lo que “medidas de fuerza como estas tienen un incalculable efecto negativo en las personas y en el país”.
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