Boeing señaló que el pasado viernes comenzaron las suspensiones sin goce de sueldo para miles de empleados en el estado de Washington y Oregón, después de que más de 32,000 trabajadores se declararan en huelga la semana pasada, deteniendo la producción del 737 MAX, el avión más vendido del fabricante de aviones estadounidense.
Los trabajadores en huelga de la Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales recibieron su último cheque de pago esta semana, ya que las conversaciones entre Boeing y su sindicato más grande se estancaron.
Kelly Ortberg, CEO de Boeing dijo a los empleados esta semana que la empresa iniciaría licencias temporales para un gran número de empleados con sede en Estados Unidos que no forman parte de la huelga.
Boeing planea que los trabajadores se tomen una semana de licencia cada cuatro semanas de forma continua durante la duración de la huelga.
Los extensos permisos muestran que Ortberg está preparando a la empresa para soportar una huelga prolongada que puede no resolverse fácilmente dada la ira entre los trabajadores de base que quieren un aumento salarial del 40% y la restauración de una bonificación por rendimiento.
“Están dispuestos a luchar contra esto todo el tiempo que sea necesario para conseguir el contrato que se merecen”, dijo Brian Bryant, presidente internacional de la IAM, en una entrevista para Reuters esta semana.
Bryant reconoció que Ortberg, que asumió el mando de la empresa en agosto, se encuentra en la difícil situación de gestionar una huelga apenas unas semanas después de asumir el cargo.
“Pero queremos ver si va a negociar un contrato con nosotros aquí y resolver esto”, añadió Bryant.
Una prolongada batalla laboral podría costarle a Boeing varios miles de millones de dólares, lo que afectaría aún más sus finanzas y amenazaría su calificación crediticia, dijeron los analistas.
