La idea de llegar al espacio ha estado en la mente de los humanos durante mucho tiempo y sin duda, son muchas las mujeres que de alguna y otra manera buscan alcanzar ese objetivo, sin embargo, nuevamente el rezago y la desigualdad se apodera de este sector en el que buscan cada día ocupar más posiciones.
El hecho de que solo 65 mujeres han viajado al espacio en comparación con 513 hombres, nos puede dar una idea de los retos que se tienen por delante, pero las áreas de trabajo en ese sector son amplias y las y los especialistas no dejan de hacer hincapié en el potencial que México tiene en este sentido, el cual busca ser aprovechado por muchas mujeres que siguen abriendo camino.
Con el objetivo de conocer su historia y sobre todo, sus ideas sobre cómo impulsar la presencia de mujeres en la industria aeroespacial, A21 tuvo la oportunidad de hablar con la estudiante recientemente galardonada, Victoria de León; las jóvenes del equipo Propulsión UNAM; la astronauta análoga Giovanna Ramírez; la Ing. Aeroespacial Christian Sanchez Barboza, Directora de Asuntos globales del Cluster Aeroespacial de Baja California y Presidenta de la Comisión de Mujeres Aeroespaciales y, finalmente, Katya Echazarreta, única mujer mexicana que ha viajado al espacio.
Victoria de León
Victoria es una joven de 20 años estudiante de Ingeniería en Robótica y Sistemas Digitales en el Tecnológico de Monterrey, quien obtuvo el primer lugar en el International Air Space Program 2023 (IASP) de AEXA apoyado por la NASA con la propuesta de un concreto que tiene la capacidad de cambiar de color con la exposición a la radiación el cual será enviado a la Estación Espacial Internacional el 2025.
A pesar de estar interesada en el diseño, Victoria tuvo la oportunidad de participar en un campo espacial cuando estaba en la secundaria lo que le abrió el panorama hacia este sector y descubrió e incentivó su talento en la programación, siguiendo más y más convocatorias y proyectos que ha desarrollado durante su formación, hasta llegar a la carrera de Robótica dentro del Tec, donde todavía le resta un año y medio de estudios pero le espera un futuro brillante.
Victoria destaca las oportunidades que ha tenido, pero pone énfasis en la necesidad de que gobierno e instituciones apoyen y desarrollen iniciativas.
“Sí hay un poco más de integración de mujeres, por lo menos lo he observado en mi universidad pues ahorita en la carrera de Ingeniería en robótica somos mitad hombres y mitad mujeres, un logro muy grande ya que antes se tenía una mujer por cada 20 hombres, lo que era una proporción terrible. Entonces creo que sí está viendo más involucramiento pero no es suficiente y sobre todo yo creo que esto se tiene que enfocar en el sector público, porque no hay suficientes programas para que niñas pequeñas que están en un contexto distinto se vean capaces de entrar a estos programas de ingeniería. Es importante generar iniciativas que sean incluyentes para diferentes perfiles socioeconómicos, diferentes niveles de educación y que sean incluyentes también con las mujeres.”, afirmó.
La joven destaca también lo fundamental de apoyar las capacidades y de incentivar las llamadas “soft skills” o habilidades necesarias para dar la cara por sus proyectos y sacarlos adelante, más allá del mero conocimiento.
“Creo que algo muy importante es que hay mucho talento oculto, a veces uno se va por como luce una persona en una primera apariencia, pero la conoces y es una persona totalmente brillante, entonces lo importante es conocer a los jóvenes y ver su capacidad, darse cuenta que hay diferentes perfiles que son muy complementarios. También hay gente que es muy brillante pero es insegura de sus capacidades, entonces es impulsar no solo programas académicos que abran oportunidades de que ellos se puedan desempeñar en estas áreas, sino también desarrollar esa confianza en sí mismos, las llamadas “soft skills”, para poder llegar a donde quieren y pues aprovechar este talento mexicano que tenemos en nuestro país”, dijo.
Además del apoyo de la familia, la oportunidad de saber otro idioma y el trabajo constante, la labor de mentores y maestros es fundamental para que más y más jóvenes se desarrollen.
“Yo creo que es clave, o sea, he llegado donde ha llegado por mis mentores, o sea, definitivamente primero fue la secundaria: el que me dijo ‘vete a este programa el Space Camp’ fue la persona que me incentivo. Cuando estuve en la prepa tuve esta profesora de mi clase de electrónica que que me hizo darme cuenta de que tenía talento en esta área y desarrollé una aplicación para personas con daltonismo que traduce los colores al perfil de daltonismo pero fue gracias a esa persona que me lo hizo ver porque a veces uno pues no está en ese nivel de desarrollo donde se da cuenta hasta dónde puede llegar con lo que va haciendo entonces eso es muy importante tener a alguien”, destacó.
Jóvenes del Equipo propulsión UNAM. Natalie Jimena Roldán Cruz; Natalia Edith Mejía Bautista, Laura Rodríguez Méndez; Lidia Monroy Montaño, Ximena Zepeda.
Ellas forman parte de la primera y segunda generación de Ingeniería Aeroespacial de la UNAM y son mujeres del equipo de Propulsión UNAM, un grupo de cohetería experimental multidisciplinario, el cual cuenta con estudiantes de la facultad de Ingeniería, de ciencias y de química; el cual tiene como principal objetivo fomentar y formar capital humano que posteriormente sea pionero en la industria espacial de nuestro país.
En entrevista con A21, la mayoría de las jóvenes coincidieron en el apoyo que recibieron por parte de sus familias, quienes les mostraron documentales, las llevaron a exposiciones o conferencias donde pudieron descubrir que este mundo existía, lo que abrió su interés y de ahí, el incentivar sus estudios.
Sin embargo, cada una de ellas relató también las diferencias que aún existen pues aún son minoría dentro de sus carreras y todavía persisten tratos discriminaciones que van desde el señalar que no pueden realizar actividades relacionadas con la mecánica, - por mencionar un ejemplo -, o el estar expuestas al llamado “mansplaining” dentro de los equipos de trabajo.
“Me gustaría mucho que no solo las instituciones sino también los propios compañeros fomentaran más la validación y aceptación de las opiniones de nosotras, no solamente de forma técnica sino también al momento de tomar decisiones generales. Cabe mencionar que una de las principales problemáticas que se tienen actualmente es subestimar las capacidades de las chicas tanto técnicas como intelectuales, lo cual en ciertos momentos hacen que algunas se sientan intimidadas de probar las áreas STEM, este tema también viene relacionada con la falta de conciencia pública y una falta de visualización de este tipo de tema, lo cual limita su impacto en la sociedad, así como el apoyo y la inversión en estos campos”, dijo Laura M. Rodríguez.
Las jóvenes coinciden igualmente en la necesidad de apoyo para que se les permita acceder a actividades tradicionalmente masculinizadas como la mecánica o la electricidad; así como el apoyo gubernamental a programas de estudio y convocatorias. Así mismo hicieron un llamado a candidatas presidenciales.
“Les pediría a las candidatas presidenciales y autoridades que confíen en el esfuerzo para el desarrollo e investigación que nosotros como jóvenes estamos haciendo por comenzar una industria aeroespacial y nos apoyen con la asignación de recursos viables para la manufactura de nuestros prototipos. Nosotros, nosotras creemos en nosotros pero, ¿ustedes lo hacen?”, cuestionó Natalia Edith Mejía Bautista.
Por su parte, Natalie Jimena Roldán Cruz, pidió que “no se quite el crédito sólo por ser mujeres, para que en un futuro sean más las niñas que se animen a estudiar carreras de ciencias aunque pueda parecer difícil; hacerles notar que ellas son capaces, que esta industria no es sólo de hombre ni sólo para hombres”.
“Me gustaría que se nos permita poder ocupar cualquier cargo independientemente del género, que se reconozcan nuestras capacidades y se cuestione cada vez menos de ellas. Es un trabajo difícil despegarnos de las ideas que por muchos años han estado instauradas. Sin embargo está en cada uno de nosotros romper esos pensamientos y comenzar a tomar acciones al respecto”, señaló Ximena Zepeda.
Giovanna Estefania Ramírez Ruiz
La colombiana es Ingeniera electrónica con un Magíster en Desarrollo y Gerencia Integral de Proyectos, además de ser piloto de aviación y Docente del programa de maestría en ingeniería aeroespacial de la Universidad San Buenaventura y de la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito, entre múltiples reconocimientos y proyectos que ha desarrollado a lo largo de su corta pero brillante carrera.
Su preparación ha sido constante e intensa pero los obstáculos no han sido pocos pues de inicio relata lo complicado que ha sido el entrar al mundo espacial y la falta de carreras y oportunidades, además de los costos elevados que implica el tratar de tener una educación continua en esta área, por lo que hace un llamado para tener más apoyo.
“Una buena opción sería que haya una sinergia entre la industria, la Academia y el Estado para tener iniciativas para que los nuevos alumnos puedan entrar a la industria también espacial y que haya recursos y políticas que soporten estas nuevas iniciativas. Los candidatos deberían de darle una vista más científica mucho más aplicable el tema espacial ya que en los países a veces dan recursos en otras cosas y más en el tema espacial es muy nuevo”, señaló.
Ing. Aeroespacial Christian Sánchez Barboza, Director de Asuntos globales del Cluster Aeroespacial de Baja California y Presidente de la Comisión de Mujeres Aeroespaciales.
Con el objetivo de identificar, unir y sobre todo apoyarse entre cada una de las miembros, Christian Sánchez creó la Comisión de Mujeres Aeroespaciales que conforma a mujeres de distintos países y que afortunadamente cada vez son más y en su labor, reconoce la necesidad de difusión para que más niñas y jóvenes se integren las carreras científicas y de tecnología y en específico de la ingeniería aeroespacial que en México - y en general en Latinoamérica - es de relativamente reciente creación.
Además, la ingeniera resaltó la necesidad de que se fortalezca la alianza entre las opciones educativas y el sector.
“Creo que tiene que haber programas especiales, o sea, un ingeniero espacial es una especie de científico a final de cuentas y los científicos hacen mucha falta en México. Los conocimientos de un ingeniero aeroespacial son demasiados, desde materiales, numéricos, diseño, elaboración electrónica, entonces tener un programa integral ayudaría muchísimo.
“También tiene que haber becas hacia el extranjero para que las estudiantes puedan aprender de las grandes potencias, de las grandes empresas, de los grandes países que son a final de cuentas los que nos dejan a nosotros la derrama laboral, y creo que deberían de adecuar espacios laborales para ese talento mexicano que se va al extranjero y que el estudio que adquirieron vengan y lo implementen aquí para que puedan desarrollar más infraestructura, ciencia y tecnología y por qué no, también apoyar a programas educativos y que sea como una especie de cadena pues definitivamente espacios así hacen falta”, aseguró.
La directiva afirmó que una opción para potenciar el trabajo de las mujeres en la industria aeroespacial, sería implementar programas para madres desde la etapa académica, hasta la laboral; además de apoyar a las que decidan estudiar en estas áreas debido al alto grado de especialización que se requiere en la industria aeroespacial, además de también poner énfasis en los soft skills.
“La industria espacial te solicita unos altos estándares de calidad y esos se manejan en un lenguaje global en todas las empresas, en todos los continentes, entonces siempre es importante para una ingeniera, estar más preparadas para los retos a futuro. Es importante la educación continua, la certificaciones de calidad, la certificaciones de diseño que puedas adquirir y sí también son importantes las llamadas soft skills: adquirir mayor seguridad el hablar en público, a veces también es muy complicado, así que en las universidades también deberían de tomar un poquito más en cuenta materias de ese tipo porque sales a dar servicios de alta especialización”, dijo.
Katya Celeste Echazarreta González
El 6 de junio de 2022, esta joven se convirtió en la primera mujer mexicana en estar en el espacio, al realizar un vuelo suborbital de unos minutos en una misión de la empresa Blue Origin. Desde entonces se ha dedicado a divulgar la ciencia y a apoyar a jóvenes que buscan entrar a esta sector a través de la fundación espacial que lleva su nombre.
Además apoya la aprobación de la nueva Ley del Espacio, con la cual se modifican los artículos 28 y 73 de la Constitución que modifican las actividades relacionadas con el espacio ultraterrestre que ella y varios especialistas han apoyado por ser indispensable para fomentar la actividad en nuestro país.
Además, la joven ingeniera que fue seleccionada por la NASA entre más de 7 mil candidatos, ha señalado la importancia de que las mujeres creen redes de apoyo de y para ellas; además de subrayar la necesidad de que se invierta en la ciencia y la tecnología del país.
“En esta sociedad y con las leyes actuales en el país, yo sé que estas oportunidades no existen para los demás aquí, no solamente para las mujeres sino para todos los mexicanos. Yo entiendo que lo que logré, lo hice gracias a otro país. Y todos sabemos la capacidad que tenemos aquí, desde la ubicación privilegiada hasta el talento mexicano; nosotros no podemos dejarlo ir. Si queremos ser potencia mayor en la industria espacial, podemos hacerlo, pero se necesita ayudar ya, tenemos que actuar ahora”, declaró.
La visibilidad de las mujeres en la industria aeroespacial es fundamental y Katya lo sabe y lo comparte, por lo que se ha convertido en una vocera con la que niñas y jóvenes del país se identifican, pues está claro que aún hay mucho por hacer.
“Desde antes de esta misión, para mí siempre ha sido muy importante compartir mi historia. Porque en el grupo donde yo trabajaba éramos 40 personas y les pregunté cuándo había sido la última vez que habían tenido a una mujer entre ellos. Y los ingenieros que llevan más de cuatro décadas allí trabajando, que crearon los robots más importantes de las misiones de la NASA, no pudieron recordar a ninguna mujer allí alguna vez. Y lo decían como si fuera algo muy normal”, aseguró.
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