Reformado en 1978, el Centro Nacional de Medicina de Aviación (CENMA) llegó a convertirse en el enclave que reunió y formó a los mejores profesionales en medicina aeroespacial y aeronáutica. Sin embargo, desde que en 1988 fue absorbido por la que hoy se conoce como Dirección General de Protección y Medicina Preventiva en el Transporte (DGPMPT), de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), la especialidad –y con ella, nuestro país– perdió calidad y autoridad, consideraron expertos consultados por A21.
¿Existe o no la especialidad?
“Existió, desde los años setenta, un diplomado que se dio (en el CENMA) junto con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Allí vinieron muchas gentes extranjeras: casi todos los departamentos médicos de Latinoamérica, Sudamérica, España y Portugal salieron de aquí (...) Éramos los más avanzados, hoy en día creo que somos los más atrasados”, señaló Octavio Amezcua, médico cirujano y piloto.
El doctor Amezcua Pacheco tiene estudios de posgrado en la UNAM, y en Estados Unidos tomó los cursos “Factores humanos y seguridad en la aviación” en la Universidad del Sur de California, y de “Aspectos médicos en la investigación de accidentes de aeronaves” en el Civil Aerospace Medical Institute (CAMI) de la Administración Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés).
Quizá el interés por estos ámbitos le viene de familia, ya que es hijo de Luis Amezcua González, uno de los pioneros en la materia y quien impulsó la creación del CENMA.
En el primer tomo de 100 años de la aviación en México de Manuel Ruíz Romero –publicado por la propia SCT–, se puede leer lo siguiente acerca de esta institución:
“Equipado con los mayores avances de su especialidad y dotado de cierta autonomía, (su) prestigio traspasó las fronteras de nuestro país a través de los cursos dictados por especialistas de la región”.
¿Por qué desapareció?
Por su parte, el doctor César Nogueira, presidente del Colegio Mexicano de Medicina Aeroespacial, consideró que todo se “deterioró” desde que el titular de la DGPMPT, José Valente Aguilar Zínser, dejó de invitar especialistas para la impartición de los cursos que certifican tanto al personal de las unidades médicas como a los terceros autorizados.
Los doctores Amezcua y Nogueira relatan que desde los años noventa se intentó establecer un posgrado de medicina aeroespacial en la UNAM, con el aval de las academias Mexicana de Cirugía y Nacional de Medicina.
“A partir de entonces intentamos tratar de ponerla, pero el señor (Aguilar Zínser) secuestró totalmente la especialidad, y no permitía que nadie hiciera exámenes más que médicos de la Secretaría”, apuntó Amezcua, quien en su momento participó como profesor asociado del diplomado de medicina de aviación de la UNAM.
Aunado a ello, el longevo funcionario de la SCT no respetó un convenio entre la DGPMPT y el Colegio, firmado en 2013 y que tenía como objetivo el establecer “los procedimientos requeridos para acreditar las competencias médicas necesarias para intervenir como examinador o dictaminador en el examen psicofísico integral del personal técnico aeronáutico”.
“El Colegio no da certificaciones ni especialidades: nosotros no dictaminamos, damos cursos de capacitación”, precisó por su parte el doctor Nogueira, quien está certificado por el Consejo Mexicano de Medicina Aeroespacial, organismo avalado por el Comité Normativo Nacional de Consejos de Especialidades Médicas, principal órgano médico regulador de México.
Amezcua agregó que los cambios en la currícula, aunados a la inestabilidad en el campo laboral –por la gran inversión requerida de parte de los terceros autorizados, y la carga burocrática por parte de la DGPMPT– dieron al traste con el diplomado. Tiempo después, dijo, se intentó dar una materia de pregrado en la Universidad La Salle, sin éxito.
¿Qué opciones quedan?
La especialidad no murió del todo. Ambos expertos reconocen que la Universidad del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos ha sostenido la preparación de médicos aeroespaciales de alto nivel.
Asimismo, está el curso impartido en conjunto por el Colegio y la Universidad de Sonora, que el 14 de mayo de este año cerró su segunda edición y que contó entre sus profesores responsables al doctor Carlos Salicrup, médico examinador sénior designado para México por la FAA y vicepresidete de la Asociación Iberoamericana de Medicina Aeroespacial.
En suma, la disposición y cooperación entre los sectores académico, profesional y gubernamental podrían revertir la situación, y así generar una dinámica como la que el propio Aguilar Zínser supervisó en su momento, con Nogueira, Amezcua y otros especialistas respaldando la formación de quienes cuidarán la salud de los pilotos del futuro.
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