Uno de los pilares de desarrollo en las naciones avanzadas ha sido la innovación tecnológica , enfoque que ha detonado la creación de clústeres que concentren los esfuerzos hacia un sector específico. Toulouse en Francia, Seattle en Estados Unidos y Quebec en Canadá son los ejemplos más representativos en el ramo aeronáutico .
En nuestro país, la zona del bajío ha enraizado esta vocación y cuenta en la Universidad Aeronáutica en Querétaro (UNAQ) con un aliado fundamental para cumplir el reto de llevar a México al top 10 de naciones de la industria aeroespacial mundial para el 2020.
Por lo anterior, A21 entrevistó al Ing. Jorge Gutiérrez de Velasco, rector de la UNAQ, quien nos contó sobre las capacidades de investigación aplicada de esta institución que, según sus estimaciones, han ayudado a atraer cerca de mil 700 millones de dólares de inversión extranjera directa al estado de Querétaro .
Señaló que existen dos maneras en las que UNAQ ha trabajado con la industria . La primera de ellas, y dada la naturalidad de las relaciones que la institución ha entablado con las compañías aeronáuticas presentes en la entidad, ha permitido la identificación de áreas conjuntas de oportunidad.
"De repente alguien dice: ‘¡Oye! Yo tengo esta necesidad. ¿Crees poder ayudarme?’. ‘¡Sí!’ Planteamos juntos el proyecto, lo sometemos a una convocatoria de alguno de los fondos del Conacyt y empezamos a desarrollar el proyecto”.
Cabe destacar que un paso previo requiere la transferencia de capacidades por parte de las empresas. Así, los programas educativos y la facultad que los imparte se nutren del conocimiento directo por parte de las compañías, lo que además permite conocer las necesidades de infraestructura para la impartición de los cursos:
“Tenemos equipo de la vida real: aviones, laboratorios, materiales y suministros, todos grado aeronáutico. Entonces, esa misma capacidad ha hecho que tengamos la posibilidad de hacer investigación aplicada. Así hemos ido abriendo oportunidades”.
De este modo, una vez se corre la voz de las capacidades de la universidad, la recomendación ha traído los más de 50 trabajos de investigación aplicada que han dado el reconocimiento del que ahora goza la UNAQ, en sus casi 10 años de existencia.
Mención aparte merecen los siete proyectos que han desarrollado para la Fuerza Aérea Mexicana , incluída una patente de material compuesto para blindar el piso de helicópteros de combate .
“No nada más hicimos el producto, lo caracterizamos y certificamos balísticamente, sino que además generamos el proceso de producción y se lo transferimos completamente a la Fuerza Aérea; entonces nosotros no somos dueños de la propiedad intelectual sino la institución que pagó por el diseño, la fabricación y por el proceso de manufactura. Esto nos ha llevado a un proyecto y a otro, y este ha sido el camino, naturalmente”.
Ventana de oportunidad
Como una universidad netamente enfocada al sector aeroespacial, actualmente, la UNAQ cuenta con una población estudiantil de mil 436 alumnos de nivel superior, y a la fecha ha podido graduar a más de 6 mil 500 técnicos especializados y arriba de mil ingenieros en manufactura y diseño . Pero llegar a estos números ha requerido un gran esfuerzo, además de recursos.
“No creemos que sea viable reproducir el ejemplo de la UNAQ, pues la inversión sería cuantiosa. Lo que sí podemos hacer es avanzar en la organización interna y comprender las necesidades y flexibilidad que requiere el sector para adaptarnos a ello. Pero si no tenemos el apoyo gubernamental, difícilmente podremos hacerlo”, señaló el directivo, en conferencia durante un congreso reciente.
Otro punto a destacar es la inclinación de los estudiantes mexicanos hacia las carreras de ingeniería , mientras que las compañías requieren de un entrenamiento de grado asociado que les permita reducir las curvas de aprendizaje, y con ello aumentar sus capacidades y optimizar costos.
Ante esto, Gutiérrez planteó cinco retos de la industria de cara a la revisión de las metas del sector para el 2020 (integradas al llamado Plan Pro-Aéreo 2.0), con dos de ellos directamente relacionados a la labor de UNAQ: el apoyo a la educación aeroespacial y la identificación de nichos y vocaciones regionales .
“No podemos hacer todo, ni creo que debamos hacer todo. Pero sí debemos de ser muy francos y concretos en aquello para lo cual tenemos capacidades y somos competitivos en el mediano plazo, porque si no, se nos va el tiempo, y la ventana es corta”, puntualizó.
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