La seguridad aérea es vulnerable cuando se revela material tan sensible como lo son las conversaciones entre la torre de controladores aéreos y pilotos, pues esto no sólo atenta contra los principios que rigen las investigaciones aeronáuticas, sino que supone una absoluta falta de respeto a las víctimas del accidente, a sus familiares y, en especial, a la intimidad de los dos pilotos que, ante un accidente, son víctimas mortales al igual que el resto de pasajeros y tripulación, tal como lo fue en el caso del accidente del vuelo LMI2933 de la aerolínea LAMIA, siniestrado el pasado 28 de noviembre.
Lo anterior, de acuerdo con el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla), el cual sostuvo que lamentable que se haya publicado ese tipo de información; pues además del poco resguardo que se le dio ante las investigaciones oficiales que se llevan a cabo, atentan contra la memoria de las 75 personas que perdieron la vida, entre los que destaca el club de futbol soccer brasileño Chapecoense.
El Sepla y la comunidad aeronáutica en general lamentan que se haya convertido en costumbre la difusión de un contenido que se debe usar exclusivamente para los análisis de accidentes, incidentes y sucesos aéreos”, mencionó el órgano aeronáutico de España.
Sepla explicó que grabar las conversaciones entre pilotos y los controladores de un aeropuerto sirven para esclarecer una investigación en caso de algún accidente o percance, además se contribuye a mejorar la seguridad aérea; por lo que se debe mantener un estricto control y cuidado en el uso de dicha información.
"La difusión de esas grabaciones, cuya procedencia se desconoce, sólo contribuye a pervertir dicha finalidad, ya que además acarrea una progresiva desconfianza de los trabajadores de la aviación hacia el sistema que, en teoría, debe protegerles de, entre otros, juicios mediáticos paralelos", agregó el sindicato.
Investigan operaciones LaMia
Luego del trágico accidente del vuelo LMI2933, autoridades de aeronáutica en Bolivia podrían recibir una sanción por haber aprobado la salida de la aeronave aún con las anomalías que se reportaron, informó el titular del Ministerio de Defensa del Estado Plurinacional de Bolivia, Reymi Luis Ferreira Justiniano.
De acuerdo con las normas de Bolivia, la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) de dicho país es la encargada de autorizar la salida de los aviones y detectar posibles irregularidades entre las empresas que operan y comercializan los vuelos, reconoció el ministro de Defensa.
Mencionó que una vez concluida las investigaciones bilaterales, en donde también se incluyen organismo internaciones como la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional), Bolivia está expuesta a una sanción a la aeronavegación civil y a la calidad de las condiciones en las que se operan dichos servicios.
Gobierno boliviano pide aclarar hechos
Por su parte, Evo Morales, presidente de Bolivia, mencionó que desconocía que la aerolínea LAMIA había obtenido permisos por parte de la DGAC boliviana para operar en dicha nación, por lo que demandó iniciar las investigaciones correspondientes para que se aclare cómo se obtuvieron dichos permisos y quienes fueron los involucrados.
De acuerdo a medios locales, el gobierno de Morales ahora investiga la relación familiar entre del director general de la aerolínea, Gustavo Vargas Gamboa y Gustavo Steven Vargas Villegas, quien es director de Registro Aeronáutico Nacional, dentro de la DGAC de Bolivia, este último es hijo del directivo de la aerolínea.
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