
Aeroméxico y Delta Air Lines presentaron una demanda contra el Gobierno de Estados Unidos por la orden que les obliga a disolver su Joint Venture el 1 de enero de 2026, publicó Reuters.
Las operadoras presentaron el requerimiento ante la Corte de Apelaciones del 11º Circuito el jueves pasado, en el cual impugnan la decisión que el Departamento de Transporte de (DOT) emitió el 15 de septiembre.
El organismo determinó entonces que no renovaría la inmunidad antimonopolio de la alianza que tienen ambas empresas desde 2017, argumentando que estas se estaban beneficiando del recorte de slots en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México que promovió el Gobierno mexicano entre 2022 y 2023.
En un comunicado, Delta señaló que la acción legal “es nuestra única opción en este momento y el siguiente paso procesal para proteger los intereses comerciales, redes globales y clientes de Delta y Aeroméxico”.
La Joint Venture permite a ambas aerolíneas coordinar horarios, precios y capacidad en vuelos entre ambos países y durante el tiempo que lleva activa se han trasladado a unos 50 millones de pasajeros, dado forma a 60 rutas transnacionales y tenido hasta 90 vuelos diarios.
Delta agregó que cumplir la orden antes del 1 de enero sería “operativa y financieramente oneroso”, y ambas compañías planean solicitar a la corte una suspensión temporal de la medida mientras se resuelve el caso.
De acuerdo al organismo, Aeroméxico y Delta representan alrededor del 60% de los vuelos de pasajeros entre el AICM y Estados Unidos, siendo esta terminal el cuarto punto de conexión internacional más grande hacia y desde territorio estadounidense.
En los argumentos presentados por ambas empresas se afirmó que la joint venture genera cerca de 4 mil empleos en EU y más de 310 millones de dólares (mdd) en producto interno bruto, además de que su disolución podría provocar la pérdida de hasta 800 mdd en beneficios anuales para los consumidores, la cancelación de unas dos docenas de rutas y el uso de aviones más pequeños en algunos trayectos.
El DOT, por su parte, advirtió que la alianza podría elevar tarifas en ciertos mercados, reducir capacidad y dificultar la competencia para aerolíneas estadounidenses debido a la intervención del Gobierno mexicano en la asignación de slots en el AICM.







