La aerolínea estadounidense Spirit Airlines lanzó una advertencia a sus inversionistas sobre la posibilidad de no poder continuar operando, debido a una inminente falta de liquidez que amenaza su viabilidad.
En un reporte presentado el 11 de agosto ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC), la compañía reconoció “una duda sustancial” respecto a su capacidad de seguir funcionando como negocio en marcha.
“El resultado de nuestras iniciativas para cumplir con los convenios de liquidez mínima y de las discusiones con nuestros acreedores es incierto, por lo que la administración ha concluido que existe una duda sustancial sobre nuestra capacidad de continuar operando en los próximos 12 meses”, se señaló en el documento.
El anuncio ocurre apenas cinco meses después de que Spirit emergiera del proceso de bancarrota bajo el Capítulo 11, del cual salió en marzo de 2025 tras reestructurar cerca de 795 millones de dólares en deuda.
Sin embargo, desde entonces ha reducido operaciones, aplicado licencias a pilotos y vendido aeronaves para recortar costos, en un mercado estadounidense donde el modelo de bajo costo ha perdido atractivo frente a aerolíneas que ofrecen más beneficios al pasajero, incluso bajo tarifas adicionales.
A la fragilidad de su plan de negocio se suma la caída en la demanda de viajes desde febrero, luego de la imposición de aranceles por parte del presidente Donald Trump, lo que redujo las reservas y llevó a las aerolíneas estadounidenses a recortar su guía financiera anual. Incluso competidores como American Airlines y Delta han anticipado resultados planos en 2025 respecto a 2024.
En este contexto, Spirit ha considerado la venta de motores de repuesto y derechos de uso en aeropuertos clave para obtener liquidez en el corto plazo.
Esta presión financiera revive los fantasmas que llevaron a la empresa a acogerse al Capítulo 11 en noviembre de 2024, cuando arrastraba pérdidas elevadas, la falla de un intento de fusión con JetBlue y problemas derivados de la escasez de motores Pratt & Whitney, que dejaron decenas de aviones en tierra.
La negativa de Spirit a aceptar la última oferta de fusión de Frontier Airlines, en febrero de 2025, se mantiene como un punto de debate entre analistas.
El futuro de Spirit Airlines dependerá de su capacidad para estabilizar sus finanzas y de la evolución de la demanda en el mercado doméstico estadounidense.
Su supervivencia sigue en juego y, con ella, la continuidad de un modelo de negocio que enfrenta un cambio profundo en las preferencias de los viajeros.